"Loco"
es quien no procura ser feliz con lo que poseé.
domingo, 15 de marzo de 2009
I HAVE FULLY COME OUT OF THE CLOSET – Cap 18– Creatividad
En fin, mi vida continuo tranquila; desfilaba, hacia fotos, algunas publicidades, estudiaba y trabajaba. La estadía de mi abuela y mi tía, durante un mes, me había fastidiado bastante y creo, también, quebró mi relación con Julia. Claro, la veía sometida a los designios de estas dos descendientes del demonio y, la muy tarada acataba las órdenes como Moisés los Mandamientos.
Lo que me rescataba de todo eso, en aquel entonces, era saber que me iba a las ocho de la mañana del departamento hacia mi trabajo y volvía a las once de la noche (de la facultad). Me sentía feliz y libre de estar tantas horas fuera del Quinto Infierno. Pero había una salvedad; ya hacia casi un año que estaba en Buenos Aires y el pescado sin vender; vivía alzado, caliente cual pava olvidada en la hornalla. Los hombres me miraban por la calle y yo huía despavorido (pero muerto de ganas de que me agarren). Jamás había estado con uno y tampoco tenía fantasías al respecto sobre algo puntual, sólo hervía mi piel cuando me imaginaba un hombre desnudo junto a mí. Imagínate que de pendejo me calentaba ARNALDO ANDRE! (QUÉ PELOTUDO QUÉ ERA!!!, aunque en realidad me imaginaria que yo era Luisa Kuliok ¿no?). En fin la cosas son como el Río de Heráclito: nunca el agua pasa dos veces por el mismo lugar.
Día lunes, Buenos Aires parecía desaparecer bajo el Diluvio Universal; yo caminaba como loco por Avenida Santa Fé, lleno de carpetas, láminas, y demás boludeces: iba a rendir mi primer final. Materia: creatividad. Tema: Campaña de vacunación para bebes. Sentía que mi trabajo no sería digno de un diez sino de un 100. Yo, que detestaba (detesto) profundamente dibujar (porque en realidad soy lo mas inútil sobre la tierra al respecto) había diseñado una campaña gráfica increíble!.
Llegue a la facu media hora tarde, pues dos cuadras antes resbale y fui directamente a estrellarme sobre la vereda (es común, en mi actualidad, que los días lluviosos me tengan que andar buscando por el suelo). Todo desparramado, una vieja mirándome fija bajo un toldo pensando si yo estaría vivo o muerto y la verdad estaba como muerto, pero de la risa. No podía parar de reírme, entre el dolor y la risa era incapaz de levantarme de la vereda.No hay cosa que me causa más garcias que caerme (enfermo yo?)
Llegue a la facultad semi-quebrado, mojado hasta el culo, pero feliz de rendir mi primer final. No termine de acomodarme en mi lugar que Barraza (el profesor de CREATIVIDAD) dice mi apellido. Sólo alcance a sacarme el piloto, agarrar el material que había preparado y rengueando llegar a él para explicarle mi campaña. Desplegué, antes de sentarme, las láminas sobre la enorme pizarra y comencé a explicarle todo al profesor y a mis compañeros (es decir; rendir el final). Cuando había desplegado la primer lámina sentí como un leve murmullo detrás de mío (mis compañeros) y de reojo vi cara de asombro en mi profesor (ahí fue cuando dije; ¡los mate con esta campaña!).
Lo que me rescataba de todo eso, en aquel entonces, era saber que me iba a las ocho de la mañana del departamento hacia mi trabajo y volvía a las once de la noche (de la facultad). Me sentía feliz y libre de estar tantas horas fuera del Quinto Infierno. Pero había una salvedad; ya hacia casi un año que estaba en Buenos Aires y el pescado sin vender; vivía alzado, caliente cual pava olvidada en la hornalla. Los hombres me miraban por la calle y yo huía despavorido (pero muerto de ganas de que me agarren). Jamás había estado con uno y tampoco tenía fantasías al respecto sobre algo puntual, sólo hervía mi piel cuando me imaginaba un hombre desnudo junto a mí. Imagínate que de pendejo me calentaba ARNALDO ANDRE! (QUÉ PELOTUDO QUÉ ERA!!!, aunque en realidad me imaginaria que yo era Luisa Kuliok ¿no?). En fin la cosas son como el Río de Heráclito: nunca el agua pasa dos veces por el mismo lugar.
Día lunes, Buenos Aires parecía desaparecer bajo el Diluvio Universal; yo caminaba como loco por Avenida Santa Fé, lleno de carpetas, láminas, y demás boludeces: iba a rendir mi primer final. Materia: creatividad. Tema: Campaña de vacunación para bebes. Sentía que mi trabajo no sería digno de un diez sino de un 100. Yo, que detestaba (detesto) profundamente dibujar (porque en realidad soy lo mas inútil sobre la tierra al respecto) había diseñado una campaña gráfica increíble!.
Llegue a la facu media hora tarde, pues dos cuadras antes resbale y fui directamente a estrellarme sobre la vereda (es común, en mi actualidad, que los días lluviosos me tengan que andar buscando por el suelo). Todo desparramado, una vieja mirándome fija bajo un toldo pensando si yo estaría vivo o muerto y la verdad estaba como muerto, pero de la risa. No podía parar de reírme, entre el dolor y la risa era incapaz de levantarme de la vereda.No hay cosa que me causa más garcias que caerme (enfermo yo?)
Llegue a la facultad semi-quebrado, mojado hasta el culo, pero feliz de rendir mi primer final. No termine de acomodarme en mi lugar que Barraza (el profesor de CREATIVIDAD) dice mi apellido. Sólo alcance a sacarme el piloto, agarrar el material que había preparado y rengueando llegar a él para explicarle mi campaña. Desplegué, antes de sentarme, las láminas sobre la enorme pizarra y comencé a explicarle todo al profesor y a mis compañeros (es decir; rendir el final). Cuando había desplegado la primer lámina sentí como un leve murmullo detrás de mío (mis compañeros) y de reojo vi cara de asombro en mi profesor (ahí fue cuando dije; ¡los mate con esta campaña!).
La campaña para vía pública mostraba un bebe en pañales de tela (cosa de vieja lo mío!) mirando y jugando con una pistola MAGNUN, con el texto: VACUNAME y un número de teléfono (era una campaña de bien público). 45 minutos hablando sin parar la loca (léase yo). La clase enmudecida, el profesor ídem. Termine, me mando a sentar diciéndome:
- Un tanto agresiva tu campaña, no te parece?
– Para nada – le respondí – agresiva por qué?.
– Y fíjate un bebe, jugando con un arma, como para suicidarse, no sé, no me parece, bueno pase Carrillo.
Salí del aula a fumarme un pucho, sólo era cuestión de esperar la nota, que no se hizo esperar. Tres, tres, tres, tres – (ME RECORDABA A GOOOOOOOOOOOOOORRRRRRRRRRRDITOOOOO!!!!!!) Un 3 me puso el grandísimo ortodoxo y pseudo-creativo de mi profesor y sin posibilidad alguna de defensa de mi trabajo. Un 3 en mi primer final.
Para entender mejor un 3 en la universidad es como… en un encuentro sexual, chupársela a un muerto!!!!!. Ni chicha ni limonada, en ese momento daba mi vida por un 1.
Destrozado, sintiendo la palmadas idiotas de mi compañeros (que encima decían – Estaba rebuena tu campaña!!!) salí a la calle, ya no llovía, la humedad era horrorosa y sentía que mi carrera se arruinaba, habiendo iniciado mi primer final con un 3.
Llegue a la esquina de Arenales y Riobamba y ahí escuche la bocina y la voz sumamente masculina de Rocco
Destrozado, sintiendo la palmadas idiotas de mi compañeros (que encima decían – Estaba rebuena tu campaña!!!) salí a la calle, ya no llovía, la humedad era horrorosa y sentía que mi carrera se arruinaba, habiendo iniciado mi primer final con un 3.
Llegue a la esquina de Arenales y Riobamba y ahí escuche la bocina y la voz sumamente masculina de Rocco
– ¿Te llevo hermoso?, hoy quiero que conozcas Buenos Aires de noche.
Yo no vi a Rocco, si a la posibilidad de sentirlo muy cerca mío, sobre todo cuando me senté en su Porsche y cerré la puerta mientras doblaba por avenida Santa Fé, giraba por Callao y el viaje continuaría…que Barraza el 3 se lo metiese en el culo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
