lunes, 17 de agosto de 2009

LOS CENCI


de Antonin Artaud


Ediciones Fundación Victoria Ocampo
Edición Bilingüe

Antonin Artaud desde su ser poeta, visionario, actor, algo de profeta y dejos de locura presenta en LOS CENCI (1935), inspirada en Shelley y Sthendall, una tragedia magnánima que traspola los sentidos del lector hasta nacerlos en un grito desesperado para el rescate de sus protagonistas. Una obra de absoluta crudeza discursiva, despiadada, cruel, donde la naturaleza de la misma se acuña en el poder corrupto de una familia que se despliega y alimenta en el ritual, casi cotidiano, del sadismo, el abuso sexual del padre para con sus hijos, el abandono en el discurso del sentido de familia y el entrecruzamiento de diálogos donde el asesinato simula ser una metáfora de salvación.
Ediciones Fundación Victoria Ocampo (1º Edición Editions Gallimbard 1978) presento esta excelente obra que inauguro de alguna manera el Teatro de la Crueldad; aquel que atenta contra los sentidos escapándole a la razón.
En LOS CENCI, donde la muerte discurre en forma permanente durante toda la obra entre los suplicios y deseos de los protagonistas, esa razón que escapa al sentido cobra un inesperado vuelco sobre el final en donde se plantea de manera descarnadamente humana si la muerte puede, también, no ser un escape.

Traducción de: Rosa Bengolea de Zemborain. Colaboración: Trini Muñoz Ibáñez

Puntos de Venta: LIBRERÍA JUNCAL: Talcahuano 1288 / Eiffel Libros Press Córdoba 960 / Bouquinerie Esmeralda 861

LA OPCION PIZARNIK


Tal vez un acercamiento a la escritura de Alejandra Pizarnik (1936-1972) pueda ser la lectura de aquella frase que se dijo ella y tal vez nunca supo contestarse: “tenia 4 años estaba sentada a la puerta de mi casa y de repente pensé: “Soy un yo” y tuve miedo”. Miedo, miedo y miedo en su maravillosa poética, en sus rupturas.

Fue una niña-mujer que desde chica se apasiono por escribir; una composición sobre Maria Antonieta y Luís XVl presentada en su colegio, fue elevada al Congreso Escolar por la maestra, era 1947.

Apasionada lectora del existencialismo y la psicología, reconocía que no iba a la escuela porque le resultara interesante lo que aprendía, sino por lo que allí se divertía con sus desmesuras: fumar a escondidas, confrontar con los profesores, saltar por las ventanas cuando llegaba tarde, etc.

Con respecto a su lenguaje todos coinciden en que funcionaba según la situación en la que se encontrase. Era extremadamente bromista, llena de salidas humorísticas con la gente que estaba con ella. Humor que, con el paso de los años, se fue haciendo cada vez más obsceno, sarcástico y cruel.

Era sumamente inteligente y abierta a las corrientes intelectuales que empezaban a llegar a Buenos Aires.

Desde los 15 años la muerte es un emergente que ella detecta en su vida y se transforma en su obsesión, tratando de encontrar una ceremonia para celebrarse en ella.

Dentro de sus actos creadores, toda su opción poética se plantea como una huida del padre, del mundo familiar, del orden simbólico (donde se habla y se habla para decir nada).Ella hace de su poesía su lugar, su patria (Pathos).

Su temática fue la muerte, el desamparo, la noche como emblema, la división de la subjetividad.

Aquí toda su opción poética. Enrique Molina la denomino “hija del insomnio”; no tenia habilidad para manejarse en el mundo real, había un divorcio constante con lo socio-político, lo económico, etc. Sentía que el mundo la había abandonado, no estaba en el: “Afuera hay sol/yo me visto de cenizas..En una frase, todo.



“Ella se abandona en la tregua originada por la noche.
Dentro de ella todo hace el amor….”




¿ Qué rastros de lo femenino encontramos en Alejandra?;Algo oculto, algo que crea internamente; un estado larvado que se condensa, se remezcla con entornos, libros, tintas y papeles….Ser una mujer se responde de varias maneras, siempre particulares….Ser mujer es ser escrita, marcada, tomada, atravesada….
Ser Flor, niña, princesa, condesa, madama…Encontrar a una mujer en la niña que se muere palabra a palabra.




Sólo un nombre

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra


(de La última inocencia, 1956)


La carencia

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
(de Las aventuras perdidas, 1958)


11

ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

13

Explicar con palabras de este mundo
que partió de mi un barco llevándome

15

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extrano no ejercer más
oficio de recien llegada.

33

Alguna vez
alguna vez tal vez
me ire sin quedarme
me ire como quien se va

(de Arbol de Diana, 1962)


Antes

bosque musical

los pajaros dibujan en mis ojos
pequeñas jaulas.


Silencios

La muerte siempre al lado.
Escucho su decir.
Sólo me oigo.

(de Los trabajos y las noches, 1965)


Vértigo o contemplación de algo que termina

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
Y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.

Tete de Jeune Fille (Odilon Redon)

de musica la lluvia
de silencio los años
que pasan una noche
mi cuerpo nunca más
podrá recordarse


Caminos del espejo

1

Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

6

Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que seras y asusta a la niña que fuiste.


(de Extraccion de la piedra de locura, 1968)


A plena pérdida

Los sortilegios emanan del nuevo centro de un poema a nadie dirigido. Hablo con la voz que está detrás de la voz y emito los mágicos sonidos de la endechadora. Una mirada azul aureolaba mi poema. Vida, mi vida, ¿qué has hecho de mi vida?


(El infierno musical, 1971)

AUTOBIOGRAFIA II -LA RAMA DE SALZBURGO


En este libro uno encuentra la escritura como camino, un trayecto siempre por andar, sin un punto de partida o uno de llegada. Simplemente un camino.
Pero tratándose de Victoria Ocampo ese camino no puede dejar de albergar sorpresas, alumbramientos, significados en el momento justo y hasta alguna pertinente ruptura existencial, producto, esta, del amor como forma de manifestación de un imposible.




¿Qué palabras, qué caricias hubieran podido derribar ese muro carnal que a él me unía y de él me separaba a la vez? ¿Qué vocabulario me hace falta para lo que me acongoja?


La inmortalidad de su amor por J.M, ¿su único amor?, la mistad cuasi-mística con Rathindranath Tagore en el momento en que Victoria se descubría hipnotizada por el pensamiento y personalidad de Gandhi y por el cual escribía que “uno no podía jactarse de haber comprendido una verdad, sino cuando conformaba su vida de acuerdo con ella”; ¿Gandhi espejo para Victoria?
AUTOBIOGRAFIA II reúne la tercer y cuarta parte de la apasionante vida de Victoria Ocampo y parece tener como premisa en su escritura la frase de Edmond Jabes “Ser es interrogarse” ya que su autora circula por curvas sinuosas en donde ella misma pone en duda su intelecto, su ser en el mundo, sus deseos de cambiar algo bebiendo de otras culturas.
Un libro donde Victoria Ocampo dialoga con Victoria Ocampo y susurra casi sin querer, en el oído del lector, un murmullo cómplice y nostálgico.

Inolvidables cartas y diálogos con Tagore, Ansermet,el Conde Hermann Keyserling, quien maravilla a Ocampo con su The Travel Diary y The World in the Making y mas aun cuando se encuentran en el Hotel des Reservoirs, Versailles y Victoria dice sentirse
"persuadida de que tendré el aire de una imbecil si usted me hace cualquier pregunta”.

AUTOBIOGRAFIA II es una postal de una mujer enamorada, apasionada, desbordante de preguntas, agobiada en sus respuestas. Perdida y hallada en su camino, ese camino que alberga ausencias, sorpresas, alumbramientos, significados y pertinentes rupturas.

Un camino para recorrer lentamente, para conocer un paisaje único donde la cultura, los valores y el pensamiento de esta mujer se transforman en un parador único y posible.

VIVIR CON VIRUS




“El cielo ahí mirándome. El frío y el calor. La única rosa del jardín en invierno. El abrazo de quien no invierte sino que dona. Ese pulso es la única constante de este ir y venir: estoy viva. Y no tengo otra fidelidad”
Marta Dillon (*)



Uno percibe al leer a Marta Dillon un sutil equilibrio entre luces y sombras, anunciares y silencios que transcurren en una geografía de palabras absolutamente simples y conmovedoras.
En esta simpleza se traza un recorrido donde las palabras mutan hacia el vértigo, el desamor, el dejarse, el avanzar, el no renunciar a la vida porque es renunciar a uno mismo, el convertirse en luz para vaciarse de oscuridad.
VIVIR CON VIRUS (Edit. Norma) es una apología a la vida misma , un resistirse al encadenamiento social que en forma permanente condiciona a las personas que conviven con VIH-SIDA.
Leer este libro es nacerse nuevamente, no desde el útero partido de la madre, sino desde uno mismo. Desde todas las carencias y abundancias a las que nos sometimos. Es iniciarnos nuevamente en todo; el amor, la angustia, el sentido de estar en esta vida con una misión: VIVIR.


"Cada verano, igual que hoy, las peras se caen del árbol frente a mi ventana. En cualquier caso estoy segura de que es el amor a la vida lo que me salva de la muerte . Y no hablo de dejar de respirar sino del silencio que me queda en el alma cuando pierdo el asombro cada vez que una pera se estrella contra el pasto”.


VIVIR CON VIRUS es un tratamiento que apacigua el dolor del alma que es el peor dolor , ese que nos acusa y no nos perdona.
Un libro imperdible, justo en su anunciarse, un texto cargado de contenido poético que busca en la palabra mitigar el miedo y fluir frente a la vida.

(*) Periodista. Se inicio en Nuevo Sur y desde entonces ha colaborado en varias revistas. Entre 1992/94 dirigió el mensuario El Libertino. En 1995 comienza a publicar las columnas Convivir con virus, desde 1998 forma parte del staff del suplemento de mujeres Las 12 de Pag / 12 . En 2002 publico Santa Lilita, Biografía de una mujer ingobernable (Norma) .

Hágase el Tango en la voz de la mujer


LAS DEL ABASTO es un grupo musical, íntegramente formado por mujeres que surge en el año 1999 y recorre en su vasto repertorio las diversas épocas del tango.


La cita de la entrevista: el barrio de Flores, en su zona baja, donde las casas juegan la geometría de los antiguos barrios; la señora que conversa amenamente con su vecina, el barrendero y una puerta abriéndose con confianza para presentarme a Verónica Bellini, pianista y compositora, tan joven que uno no podría asociarla al genero musical que representa. De sonrisa fácil, enseguida ofrece un café mientras se suma Stella Díaz, la voz del grupo que trasmite en sus palabras una serenidad poética, mientras en cada respuesta no deja de mostrar pasión por el tango.

¿Cómo se origina el grupo?

SD: LAS DEL ABASTO fue convocado por una de las integrantes en el año noventa y nueve y los primeros ensayos se dieron en el barrio de Abasto, de ahí el nombre. En general la mayoría de las integrantes éramos, en ese momento, estudiantes de la escuela de Música Popular de Avellaneda; un semillero de grandes músicos que andan por ahí tocando.

Toman como referencia un barrio como el ABASTO, que fue semillero de un importante movimiento cultural, se me ocurre mencionar a Batato Barea, Tortonese, Urdampilleta, entre otros, hasta el mismo Gardel. Casi una elección de género con este ultimo?

SD: Si además esa connotación tanguera que tiene el barrio, por eso también nos gusto el nombre; no solo porque ensayábamos ahí sino que nos parecía que aportaba para esto que hacemos que es el tango y este barrio habla mucho de tango.

El repertorio del grupo esta compuesto por temas instrumentales como por ejemplo Danzarín, Nostálgico, Bahía Blanca, Canaro en París, Libertando entre otros y cantados entre los que podemos mencionar Mama yo quiero un novio, El último café, Naranjo en Flor, Volver, A media luz, Fumando espero, Solterona (esta ultima una deliciosa versión en la voz de Stella), etc.
Todos tangos, milongas y valses que se convierten, indudablemente en representantes de nuestro patrimonio cultural.



¿Se inician con el género del 2 x 4 o empezaron con otro?

V.B: Empezamos como grupo de tango, independientemente que cada una pasamos por los más diversos estilos; todos los que te puedas imaginar. Yo particularmente he tocado rock, fusión, jazz y finalmente todas coincidimos en el tango, que es un género que nos sirve para expresarnos mejor.

SD: Somos siete minas, a cada una le vibrara este género en forma diferente. Personalmente, el tango, es un idioma con el cual me llevo bien, me parece que me representa en su decir y que siempre me gusto.


¿Tuvieron una experiencia en su niñez o juventud donde se sintieron tocadas por el tango?

S.D: cuando me preguntan ¿por qué el tango? yo digo que la verdad no lo sé. Mis viejos son gallegos y nada que ver; yo no soy el típico caso que de chica me hacían escuchar todo el día tangos. Pero si dos cosas: cuando era chica mi mamá me llevo a un programa de tango que hacia Mareco y ahí cante y después en la escuela me subían al escritorio del aula para que cante. No sé siempre me gusto.
De adolescente cuando te compras los primeros discos yo ya tenia de Susana Rinaldi, Eladia Blázquez, etc.

Mencionas a Rinaldi, Blázquez, ¿qué mujeres consideran paradigmáticas en la historia del tango?

VB: Hay un primer antecedente lejano de PAQUITA, que fue la primer bandoneonísta argentina mujer, casi de los orígenes del tango, que por supuesto fue todo un acontecimiento. Tita Merello en su época con todo el legado que nos dejo y además abrió todo un terreno para la mujer. Eladia Blázquez como compositora, Maria Graña, Susana Rinaldi, artistas inmensas en todo sentido y seguro me olvido de unas cuantas. Creo, además, que más allá del machismo del tango, fueron y son mujeres muy bien aceptadas, respetadas y valoradas.


LAS DEL ABASTO además de interpretar a los clásicos del genero con arreglos propios y en algunos casos respetando los arreglos originales como homenaje a los grandes Maestros del Tango, tienen sus propias composiciones.



¿Además de cantar, tiene otras actividades?

S.D: Si, claro, pero todas ligadas a la música: damos clases de música.

Cuéntenme de este primer disco DE IDA.

S.D: Le pusimos ese nombre porque es nuestro primer disco y es un juego de palabras de la guitarrista y arregladora del grupo; Maria Laura Santomil y el tema de ella se llama DE VUELTA, que además es el ultimo track de este disco. DE IDA fue grabado una parte en ION y otra en FIDELIUS.


V.B: Las expectativas son impresionantes, esperamos que a todos les guste tanto como a nosotras nos gusto hacerlo.

En este primer disco les pareció interesante lograr un perfil determinado por esto , mas allá de los temas clásicos como La Trampera, Queja de Bandoneón, desencuentro, El Choclo, etc) incluyeron temas que tenían que ver con el decir desde la mujer, es el caso de Mama yo quiero un novio, Que queres con ese loro, Atenti pebeta y dos temas de Verónica Bellini que hablan desde ese lugar de mujer.

El disco, impecable, fue presentado 24 de Mayo en el Centro Cultural Torcuato Tasso Defensa 1575, en un show sin desperdicios y esta a la venta en todas las desquerías del genero o en la pagina web del grupo www.lasdelabasto.com.ar.

Participaron en el XVI Festival Internacional de tango de Granada (Teatro Isabel La Católica), Iº Festival Internacional de Tango de Almería, V y VII Festival de tango de Bs. As. 2003/05, 1 y 2 Festival de tango joven, cantaron junto a Javier Calamaro y León Greco en el teatro ND Ateneo.
Además son muchas sus presentaciones en Capital Federal , interior del país y se empiezan a sumarse sus actuaciones en el exterior.


¿Con qué se encuentra la gente en un show de LAS DEL ABASTO?

S.D: con siete minas tocando, muy contentas con su disco y con muchas ganas de que la gente disfrute los temas cantados y también los instrumentales, además de los invitados sorpresas.


Siete mujeres juntas, un grupo, una pasión: el tango. La configuración de sonidos y voces dándoles origen en un genero musical que las acunan y ellas a su vez nos regalan desde el alma todo el decir y la poesía de una música que nos identifica.

Agradecimiento: Mónica Delfino (agente de prensa).

VICTORIA OCAMPO: la AUTOBIOGRAFIA


“Yo no soy “aquello”, lo perecedero que formo parte de mi y ya nada tiene que ver conmigo. Soy lo otro. Pero ¿qué?.




Ediciones FUNDACION VICTORIA OCAMPO reedito en un libro AUTOBIOGRAFIA I, los dos primeros tomos; El Archipiélago y El Imperio Insular, de la vida de Victoria Ocampo, escritora, editora y sin duda alguna uno de los pilares de nuestra cultura literaria.
AUTOFIOGRAFIA I inicia su recorrido antes del nacimiento de V. Ocampo basándose el traslado de memorias que sus antecesores contaron a la escritora, transitando una Buenos Aires solitaria y con asomos de grandeza, describiendo lo cotidiano de una familia descendientes de grandes personajes de nuestro acervo político-cultural. Trayectos cargados de un idioma descriptivo que lleva al lector a pensarse en ese archipiélago donde se fundaron la ideas de esta apasionante mujer.


"Dios, Dios, como resignarse a vivir en una sublime mediocridad! La resignación es un heroísmo que no conozco" (V. Ocampo)



En el Imperio Insular la autora desnuda su adolescencia, sus confidencias amorosas, sus deseos de ser palabras, sus reflexiones en las brillantes transcripciones de las cartas enviadas a Delfina Bunge. Como regalo inesperado el apéndice del libro presenta variada cantidad de cartas dirigidas a Victoria y a su familia de: Domingo F. Sarmiento, Julio A. Roca, Carlos Pellegrini, el Gral Venancio J. Flores entre otros.
En el despojado y sincero, aunque a veces crudo decir de Victoria Ocampo, aparecen un despliegue de verdades, anhelos, carencias y certezas de una mujer que lucho con el arma, tal vez, más poderosa del mundo: la palabra.

Agradecimiento: Sr. Miguel Ángel (Fundación V. Ocampo: Sarmiento 1562 2º 6 Tel: 4382-6034
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FALACIAS DEL AMOR

Entrevista a Roxana Kreimer
Hace más de dos mil años Epicuro afirmó que los argumentos de la filosofía son vacuos si no mitigan ningún sufrimiento humano. La filosofía no siempre consistió en el postulado de teorías abstractas ni en la exégesis de textos, sino en el cultivo de un arte de vivir asociado a los problemas más inmediatos de la vida cotidiana. Sócrates y sus discípulos se sorprendían de que las personas miren una y otra vez los objetos materiales que compran, mientras examinan tan poco sus vidas.
En contraste con esta perspectiva y por efecto del paradigma científico, en los últimos siglos la filosofía devino una disciplina exclusivamente académica, hiperespecializada y tributaria de un culto fetichista a la personalidad. Mientras cualquier esoterismo teórico goza de antemano de los atributos de seriedad y relevancia científica, lo que atañe a la vida cotidiana despierta rápidamente la sospecha de banalidad. En el mundo moderno el filósofo por lo general ha cultivado un lenguaje abstruso y oscuro que desvinculó a la filosofía de la sociedad y ganó el favor de quienes adoran venerar lo que no comprenden. El filósofo huye de la vulgaridad pero escribe en un jeringozo inextricable. Todo lo que no encaje en esa matriz de espinas corresponderá a “simplificaciones abusivas” propias de fast-thinkers. El resultado de esto es que buena parte de las personas creen que la filosofía es demasiado abstracta e inútil para no languidecer, carente de vida.
En los últimos años ha comenzado a tomar cuerpo en distintas partes del mundo una corriente vinculada con la filosofía práctica que busca devolver el conocimiento filosófico al espacio público, estableciendo un canal que le permita salir de la cerrazón en que lo mantiene la academia para contribuir de diversas maneras al bienestar social y personal.
Hablando de tu libro FALACIAS DEL AMOR; ¿por qué crees que Occidente anudo el amor y sufrimiento ?

A diferencia de otras culturas, Occidente anudó de manera muy estrecha el amor al sufrimiento. Parece lógico pensar que siempre que se ama la posibilidad de sufrir está presente. Sin embargo, de allí a considerar que el sufrimiento es condición necesaria y suficiente para probar la existencia del amor, o que el sufrimiento por amor puede llegar a ser algo virtuoso en sí mismo hay un largo camino en el que la particularidad del amor parecería ser la de tornar indistinta la felicidad de la desdicha.
¿Cómo se construye la concepción que exalta el sufrimiento por amor? Buena parte de los libros que han mencionado este tema, entre los cuales uno de los más recomendables, y cuya línea seguí en este trabajo es Amor y occidente, de Denis de Rougemont, postulan que la exaltación del sufrimiento por amor nace en la Edad Media con la aparición de una forma particular del amor llamada amor-pasión. Creo haber encontrado gran cantidad de ejemplos como para constatar que esta relación tan estrecha entre amor y sufrimiento ya está presente en la mitología griega. No niego que en la Edad Media surja una forma de amor característica de Occidente por su correlación con el sufrimiento. Sin embargo, creo que la investigación en torno a este tema hunde sus raíces en los inicios de la cultura occidental y no en el arquetipo del triángulo amoroso propio del fin amour medieval.
Falacias del amor aspira a profundizar la investigación en torno a este tema con el fin de estudiar la incidencia que estas concepciones pueden tener en el mundo contemporáneo. La literatura jugará aquí un papel fundamental, dado que buena parte de nuestras concepciones sobre el amor han sido construidas y reflejadas por la literatura, al punto en que en francés romance y novela se dicen con la misma palabra (roman). La estrecha relación entre la novela y el amor-pasión es evidente por la importancia que adquiere para ambas la introspección y el sondeo de los mil y un matices del universo de los sentimientos. En Occidente la historia del amor forma parte de la historia de la idea de yo entendida como espacio de la introspección. (por ello definimos al amor más como un sentimiento que como una relación.
Pensar el amor es un verdadero reto en tiempos en que los cambios de hábitos y los cambios científicos se tornan vertiginosos. La aceptación de las múltiples orientaciones sexuales, la escisión entre sexualidad y reproducción, el cambio de roles de género junto al quiebre de los modelos tradicionales y la aparición de los métodos de fertilización asistida plantean cambios que apenas alcanzamos a vislumbrar.

¿Qué es el amor desde tu visión?

En la tradición filosófica encontramos dos tipos de definiciones sobre el amor: aquellas que lo asocian con la carencia y el sufrimiento, y aquellas que lo relacionan con la alegría y con la afirmación de la vida. Las que lo vinculan con el sufrimiento son las que mayor influencia han ejercido en nuestra cultura, básicamente porque anclan en el ideal platónico que cimentó las bases de la doctrina cristiana. Platón se hace eco de la concepción mítica, según la cual el amor es una enfermedad que suele generar efectos tan deliciosos como indeseables y, sin dejar de celebrarlo, lo define como una forma de locura que surge en ausencia del ser amado y en la carencia de las cualidades que el ser amado posee . Pero esto no siempre es así. A menudo amamos nuestros bienes presentes, gozamos de lo que no nos falta porque su presencia nos colma de alegría.
Sin embargo, en Occidente al amor se lo ha definido en innumerables oportunidades como una enfermedad, es decir, como una forma de sufrimiento que, aunque muy dulce, puede destruir todo aquello que el amante valora. Esta consideración parece referir al eros, enamoramiento, flechazo, pasión o amor-pasión (aquí aparecerán como sinónimos, a pesar de que podrían establecerse diferencias entre ellos), que en modo es la única forma posible de pensar el amor.
En sus Cartas a Lucilo Séneca define al amor como "una amistad llevada a la locura". En Romeo y Julieta Shakespeare también presenta al enamoramiento como una forma de locura y como "la visita de un dios que hace inteligentes a los idiotas e idiotas a los inteligentes", como "humo engendrado por el hálito de los suspiros, demasiado áspero, demasiado rudo, demasiado violento y pincha como el abrojo". También Quevedo en su Soneto amoroso encuentra que el amor es "una herida que duele y no se siente", "un soñado bien y un mal presente", "un cobarde, con nombre de valiente", y una "enfermedad que crece si es curada". Roland Barthes define al amor como "algo que nace, crece, hace sufrir y pasa, exactamente como una enfermedad hipocrática". Ambrose Bierce lo definió como "una insania temporaria curable mediante el matrimonio o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal".
Otros autores no han definido al amor por la carencia, ni por el dolor ni como una forma de locura. No parecen aludir al enamoramiento o flechazo, aunque si refieren a él lo trascienden, y definen un tipo de amor que no se agota en la efervescencia de los primeros tiempos. Es el caso de Aristóteles y Spinoza, que no asociaron el amor a la carencia ni al sufrimiento sino a la alegría. "Amar es alegrarse", escribió Aristóteles, que identificó sin más el amor con el gozo. Y Spinoza: (el amor) "es la idea de alegría acompañada de una causa externa". Alain hizo suya esta definición y la formuló en estos términos: "el amor es una suerte de alegría ligada a la presencia o al recuerdo de una persona". Stendhal también definió al amor por la presencia y no por la ausencia: (amar) "es el placer de ver, tocar y conocer con todos los sentidos, lo más cerca posible, un objeto amable que nos es amable". El amor aparece a veces como el más interesante de los temas por la felicidad que promete o que parece prometer. Alain dice que se teme un poco a esta alegría, ya que depende de otro, de una persona que puede llenarnos de felicidad y al mismo tiempo retirarnos toda felicidad. Los cambios de señales en el amor producirían una alteración de la que participaría el odio. Estas concepciones que definen al amor básicamente como una forma de alegría, que por cierto no son hegemónicas en los discursos amorosos de Occidente, admiten que esta alegría puede conllevar sufrimiento. Sin embargo, el sufrimiento no aparece en ellas como un elemento primordial y constitutivo del amor.


En tu libro hay una expresión de ALAIN: “ SE TEME AL AMOR YA QUE DEPENDE DEL OTRO, DE UNA PERSONA QUE PUEDE LLENARNOS DE FELICIDAD Y AL MISMO TIEMPO RETIRÁRNOSLA” . ¿ No es un planteo desde el egoísmo? ¿Siempre la culpa obedece al otro?

No refiere a la posibilidad de culpar a otro sino a la complejidad del amor, y a la idea de que una sola persona nos puede colmar de felicidad.

Séneca define al amor como “una amistad llevada a la locura” . El papel del sexo en la amistad; ¿Existe la amistad con sexo en el sentido que lo entendemos nosotros?

Creo que sí. Todas las variedades existen y son posibles.

¿Podemos separar lo sexual del amor?

Sí, muchos, aunque no todos, pueden.

¿Qué sostiene el amor en el tiempo?
Encuentro que una de las razones por las que Occidente, a diferencia de otras culturas, anudó tan estrechamente el amor al sufrimiento es que identificó el amor de pareja con esa "forma de locura" inicial conocida como flechazo, amor-pasión o enamoramiento. En la línea de pensamiento de Denis de Rougemont y André Comte-Sponville, diferenciaré el amor de la pasión, o en tal caso diferenciaré al amor-pasión de otras formas posibles de amor –el amor-acción, el amor-compañero-, y consideraré la posibilidad de que el amor continúe cuando la pasión -finita por definición- ha concluido, lo que no equivale a declarar el fin del deseo sexual por la pareja ni el fin de la posibilidad de gozar intensamente de su compañía. Como resulta claro en muchas de las definiciones que se han dado sobre el amor, la tradición filosófica y literaria tendió más bien a identificar el amor y la pasión, acentuando menos sus diferencias que sus correlaciones.
Diferenciaré el amor-pasión o enamoramiento, un dulce y exquisito estado de efervescencia de corta duración, basado en la idealización del otro y en su ausencia, del amor-acción o amor-compañero, un amor de más largo alcance que implica querer al otro porque se lo conoce y se goza de su presencia y no de su ausencia, una relación para la que el paso del tiempo puede convertirse en un dato a favor y no en contra, y para la que es posible sobrellevar los problemas que necesariamente alcanzan a toda relación humana duradera. En el amor-acción, la pasión o el amor-pasión pueden haber llegado a su fin, lo que no equivale a afirmar que ya no se ama a la pareja, ni que el deseo sexual ha desaparecido.

A través de los años ¿crees que uno aprende concientemente sobre el amor o es un aprendizaje que se diluye y se renace distinto en cada ocasión?

Creo que el amor es un arte, se aprende, se perfecciona.

¿El sufrimiento es inherente al amor?
No.

¿Cuál es la mayor falacia del amor?

Una falacia es un error de razonamiento. Difiere de un error fáctico, que es simplemente estar equivocado respecto a los “hechos” . Mientras las proposiciones son verdaderas o falsas, los argumentos son válidos o inválidos. Una falacia es un argumento inválido porque sus premisas no dan el sustento necesario a la conclusión.
Los significados diversos de la palabra amor con frecuencia conducen a un error de argumentación conocido como falacia de la ambiguedad, que se produce cuando en un razonamiento se utiliza una misma palabra con dos sentidos diferentes. Si bien la mayoría de las palabras son ambiguas, el contexto generalmente torna claro y unívoco el signficado. Esto no ocurre cuando se afirma que la pareja debe estar basada en el amor (en referencia a un concepto amplio que se nutre del lazo establecido por los bienes y males compartidos, de la atracción sexual, del compañerismo y la ternura), y que por tanto cuando uno de sus integrantes no ama (en referencia puntual a la efervescencia del enamoramiento), ya no vale la pena seguir juntos. Se incurre así en una falacia de ambiguedad, sustituyendo un sentido por otro. Como señalaba párrafos atrás, más allá de este razonamiento inválido, también suele identificarse sin más amor y enamoramiento: según esta concepción la pareja debería estar basada en el enamoramiento, y una vez que este estado desaparece, el vínculo amoroso debería disolverse.
La falacia de la ambiguedad -el uso de una palabra con sentidos diversos en un mismo razonamiento- también es frecuente cuando se afirma que el amor “se da o no se da”, que se trata de un fenómeno espontáneo, irracional, loco e incontrolable, y que por tanto es el amor el que torna inevitable acostarse con la mujer del amigo. En el primer caso se alude al amor como sentimiento y, en efecto, los sentimientos suelen ser fenómenos espontáneos y poderosos, pero en el segundo se hace referencia a la relación amorosa, que incluye acciones y que por tanto no es extrínseca a la noción de responsabilidad individual.
El debate en torno al affaire Clinton/Lewinsky fue pródigo en falacias de ambiguedad. Mientras el presidente de Estados Unidos afirmaba no haber mantenido “relaciones sexuales” con su becaria (identificando la “relación sexual” con el coito), la prensa entendió que sí las había mantenido, identificando a la “relación sexual” con un conjunto de prácticas más amplias. El uso de estos dos sentidos diversos de “relación sexual” en un mismo razonamiento fue muy frecuente en las crónicas periodísticas de la época.
La falacia genética es un argumento que aspira a determinar la “esencia” de algo mediante su origen o mediante la causa que lo suscita. Las formas diversas que reconoce el amor desautorizan toda hipótesis en torno a la idea de que lo que entendemos por amor “siempre fue, es y será lo mismo”. Constituye una falacia genética afirmar que dado que se originaría en el deseo sexual, el amor no es otra cosa que el deseo de copular y el impulso de reproducirse” o, como pretende cierto idealismo, que “dado que se origina en una fuerza divina o propia del alma, el amor no es otra cosa que un impulso espiritual”. También es frecuente que se desautorice la relación sexual entre dos hombres o entre dos mujeres con el argumento de que los órganos sexuales masculino y femenino “están diseñados” para una complementariedad que no se da en las relaciones sexuales entre personas de un mismo género. En primer lugar, cabe cuestionar que en esta esfera el cuerpo humano tenga una función exclusivamente reproductiva. Fue lo que pretendieron demostrar algunos filósofos medievales, prescribiendo las relaciones sexuales sólo en función de la continuidad de la especie. En segundo lugar, el coito no es la única práctica que admite una relación sexual. Juzgar “antinatural” a una relación sin coito también constituye una falacia genética por cuanto presupone que las relaciones sexuales deben desarrollarse en conformidad con su supuesta “función reproductiva”.
La generalización indebida es una de las falacias más frecuentes de cuantas existen, y el discurso amoroso es pródigo en toda suerte de variedades de este tipo de argumentación. Veamos un ejemplo. Estar enamorado, es decir, sentir un entusiasmo exultante y pasar seis noches juntos maravillosamente bien, no evidencia que dos personas vayan a conformar una buena pareja (o, dicho en jerga romántica, que estén “hechos el uno para el otro”) . No sólo el enamoramiento no es prueba alguna de que la pareja vaya a funcionar, sino que constituye una situación excepcional y –en aras de la seducción- con frecuencia engañosa en la que se dejan de lado las diferencias, se es particularmente cariñoso, atento, cortés, dadivoso, buen amante y locuaz compañero conversacional. Algunas de estas cualidades pueden sobrevivir en el amor que perdura cuando el enamoramiento se ha extinguido. Sin embargo, lo más común es que muchas de ellas se atenúen o directamente desaparezcan, lo que lleva a muchas mujeres a cometer otra falacia de generalización indebida, la de suponer que si él ya no la colma de atenciones románticas su amor languidece. Aunque la ausencia de romanticismo pueda resultar dolorosa, no encuentro que necesariamente equivalga a la ausencia de amor, sino más bien a la valoración diversa que le asignan hombres y mujeres a este conjunto de rituales. No es infrecuente que para los hombres el romanticismo y la locuacidad obren exclusivamente como instrumentos de la conquista amorosa, y que desaparezcan tiempo después. Las mujeres aún somos educadas en el romanticismo y damos al amor una importancia más determinante en nuestras vidas que los hombres, así como todavía aspiramos más que ellos a que los rituales del romanticismo no desaparezcan con el tiempo. De modo que pretender que el entusiasmo de los primeros encuentros evidencie que dos personas conformarán una buena pareja es una falacia de generalización indebida que conduce al desencanto y al dolor a gran cantidad de personas.
También se produce una generalización indebida cuando se afirma que, dado que compromete una fuerza extraordinaria, el amor es todopoderoso. Sabemos, no obstante, que con el amor no basta. Sabemos, por ejemplo, que el amor no siempre alcanza para ser comprendido sin que sea necesario hablar. Juzgar al amor todopoderoso no sólo presupone una generalización indebida sino también la falacia conocida como wishfull thinking (pensamiento desiderativo), en la que se cree que algo es cierto sólo porque se desea que sea verdadero. El wishfull thinking ha sido defendido por el pragmatismo, según el cual la utilidad de una creencia es razón suficiente para adoptarla. Lugares comunes del romanticismo tales como “viviremos juntos por siempre jamás”, “eres todo lo que siempre soñé” (pronunciado al mes de conocerse) o “nunca nos separaremos” pueden manifestar la voluntad de compromiso o ser entrañables y “útiles” expresiones de deseo.
Sin embargo, aunque sea una buena razón para perseguirlo, el hecho de que deseemos que algo sea verdadero no da razón para creer que necesariamente será así ni para creer que no será así. Querer que algo se desarrolle de cierta manera no excede el marco de la voluntad ni constituye una certeza relativa al futuro. Aunque gane un millón de dólares por creer que los chanchos vuelan, de seguro que no volarán. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, previene el dicho popular.
Corresponde también a la falacia de generalización indebida la idea de que si el amor no surge a primera vista (fulminante como el flechazo de la cacería), eso significa que no surgirá más adelante. Afortunadamente los caminos del amor son de lo más variados. No es raro que el agape (amor como donación) aparezca en primer término, que luego se convierta en philía (amor como amistad) y finalmente en eros (entendido como impulso sexual). A diferencia del enamoramiento (o amor-pasión), cuyo disparador con frecuencia es el llamado flechazo, el amor-acción o amor-compañero constituye menos un mecanismo que una narración. Su sustancia es el tiempo. El flechazo es un episodio hipnótico, un rayo fulminante, se "cae" enamorado , fascinado por una imagen. El mito del flechazo cosifica al amor, presupone que un ser puede brindársenos por entero ante la primera mirada. Cualquier cambio displacentero de aquel artículo de fe será percibido con penoso desencanto. El ser amado habrá quebrado una promesa, la de ser como aquella imagen primordial. Borges definía al amor como “una religión cuyo dios es falible”. Tal vez la ignorancia de ciertas particularidades del otro –y, por consiguiente, su idealización- sea funcional a la exquisita (aunque engañosa) intensidad del flechazo. El mero hecho de juzgar al amor como un fenómeno irracional –implícito en la idea de flechazo- constituye una falacia de generalización indebida. Si bien es claro que a veces predomina la esfera racional y otras la irracional, ambas están inextricablemente entrelazadas. Aún quien sostiene que la razón no sirve para nada está formulando una aserción racional. El apóstol del irracionalismo no puede eludir la paradoja del escéptico, que afirma un conocimiento cuando sugiere que nada puede ser conocido. Vale como ejemplo un caso citado párrafos atrás a propósito de la falacia de la ambiguedad. Quien se justifica por haberse convertido en amante de la mujer de su amigo aduciendo que el amor (o amor-pasión) es irracional, y que por tanto bajo sus efectos no somos en absoluto dueños de nuestras acciones, incurre en una falacia de generalización indebida, desvinculado al amor de la esfera de la acción y de la responsabilidad individual.
Un mecanismo irracional presupone la completa pasividad del amante, que juzga que no podrá hacer nada en favor de la aparición de un nuevo amor, así como entiende al amor como una forma de pasión que proviene exclusivamente del mundo exterior y deja al individuo inerme, a entera merced de los caprichos del sentimiento. Sin embargo, aunque las pasiones con frecuencia inclinen la balanza hacia lo que entendemos como “irracional”, lo racional y lo irracional están indisolublemente unidos en el ser humano, incluso cuando los amantes se justifiquen declarando lo contrario.
La generalización indebida es una de las falacias más frecuentes, dentro y fuera del ámbito de la pareja. Si me cruzo con una persona y no me saluda, puedo pensar que le caigo mal o que no me vio. Jugar con estas y otras hipótesis provisorias es imprescindible para orientarse en el mundo. Sin embargo, creer que se confirma una de las dos hipótesis sin evidencia suficiente es una operación falaz del razonamiento.
Otra falacia de generalización indebida característica del discurso amoroso en la que incurren principalmente las mujeres, consiste en suponer que si él no tiene tantos deseos de conversar como ella, su amor se ha extinguido. Como señalan con acierto los estudios de la linguista Déborah Tannen (Tú no me entiendes; hombres y mujeres en la conversación; Género y discurso), las mujeres desean antes que nada que sus parejas sean compañeros conversacionales. Sin embargo, pocos hombres comparten esta expectativa con las mujeres. La imagen que mejor representa la crisis corriente en la pareja es la escena de historieta en la que el hombre se sienta a almorzar con el diario tapándole la cara, mientras la mujer permanece detrás con deseos de conversar. Tannen parte de unos estudios que realizaron hacia fines de los setenta Andrew Hacker y la socióloga Catherine Kohler Riessman (Divorce talk), en los que la mayor parte de las mujeres entrevistadas -y muy pocos hombres- dijeron que la falta de comunicación había sido la causa principal de su divorcio. En sus propias investigaciones, las quejas de las mujeres en relación a sus maridos por lo general no focalizaban en problemas generales de convivencia ni en inequidades tangibles tales como la renuncia a una carrera para acompañar al esposo en la suya. En lugar de eso, las mujeres se referían a problemas en la comunicación: "El no me escucha", "El no me habla", eran las quejas más frecuentes. ¿Cómo es que las mujeres y los hombres tienen impresiones tan diferentes sobre la comunicación en el ámbito de la pareja? Al parecer parte del orígen de estas disimilitudes debería ser rastreado en la forma diversa en que juegan los niños y las niñas, en las estructuras organizacionales y en las normas interactivas de cada género. Para las mujeres, como para las niñas, la intimidad es la fábrica de las relaciones, y la conversación es el hilo con que se hilvanan. Las niñas crean y mantienen amistades a través del intercambio de secretos; en forma análoga, las mujeres encuentran en la conversación el pilar de la amistad. La mujer espera que su pareja sea una nueva y mejorada versión de su mejor amiga. Lo que prevalece en importancia para ella no es tanto el tema individual acerca del cual se discute, sino el sentido de intimidad, de vida compartida que emerge cuando las personas dicen lo que piensan, lo que sienten y cuentan sus impresiones. Los vínculos entre niños varones pueden ser tan intensos como los de las niñas, pero están menos basados en la conversación que en el emprendimiento de actividades conjuntas. Como no consideran que la conversación sea el pilar de las relaciones, los hombres no suelen saber qué tipo de conversación desean las mujeres. Cuando conversan, los hombres estarían más interesados en ofrecer report (información), y las mujeres ofrecerían y requerirían raport (empatía y comprensión). La mujer que de noche le cuenta a su pareja lo que hizo durante el día no desea que se le ofrezcan soluciones a sus problemas -tal como hacen muchos hombres- sino simplemente ser escuchada y comprendida. La falta de voluntad de conversar que evidencian gran cantidad de hombres no equivale necesariamente al fin del amor. Sin embargo, aparece como una de las primeras causas de divorcio.
Finalmente ¿quién contesto esta entrevista, una mujer que cree o no en el amor o en su defecto un ser humano decepcionado de el?

Una persona que cree en el amor y que desea que, como afirmaba Spinoza, el amor sea fundamentalmente una forma de alegría y no una forma de tristeza para la mayor parte de las personas.