sábado, 13 de febrero de 2010

Lujuria


La lujuria fue el primer pecado cometido contra C. en aquel 2 encuentro. Nos enredamos en la cama, nos fundimos en la cama, fusionamos los cuerpos y después de eso… después de eso bajo a mi mente y mi cuerpo un manto de niebla. De triste y puta niebla.
¿Por qué la lujuria? Repentinamente, al verlo frente a mi, se me cruzaron todos los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, nada mejor para boicotear una posible relación, que transformar al otro en solo un sexo, verlo como un algo genital. Solo necesitaba que C. responda con su naturaleza e instintos sexuales a los míos para saber que después de eso no existiría nada más. Y él cayó en la trampa. Fue preso de mi patética e histriónica telaraña de inseguridades y miedos. Y yo sentí que dentro de mí se abría un abismo imposible de cruzar.
No lo llame. Pero el si, insistió, e insistió. No lo atendí. Nos cruzamos en el msn y le dije que no me funcionaba el teléfono y que viajaba por trabajo.


Pense qué te pasaba algo – me dijo. - No nada que ver, mucho trabajo, nada más – respondí.
Insistió en vernos y yo insistí en mi viaje inventado.


- Cuando vuelvas llámame R. ponete las pilas, no seas uno mas.
- Dale te llamo.
- Me lo prometes
- Si.

Ya era uno más, uno del montón. El que encuentra lo que desea y porque es muy real lo deja ir. Yo era una tristeza más, otra inseguridad y me abandone de mi, me deje ir en mi laberíntica mente hacia un lugar desconocido.
La lujuria fue el primer pecado y no iba a dejar de transitar los otros seis.