jueves, 9 de abril de 2009

CLOWN 7



En la vida no hay premios ni castigos,
sino consecuencias.
Robert Green Ingersoll

EL OTRO YO


Corresponde al Capitulo3 "PÓSTUMO" del Libro REQUIEM NOCTURNO (autor: Ricardo Zanfardini, finalista del Concurso de Poesía Roemmers (Centro Cultural Borges)


-.l.-

Solo con mis muertes me fue dejando,
tras jornadas cautelosas de exilio y rigor
y a su condena de cruciales espantos,
le fabriqué un asombro de garganta y pavor.
En su océano de luna y bienvenidas,
al delirio de su boca generosa,
al disfrute de su sangre y de sus días;
entregué mis etiquetas, pulsaciones y una rosa.
En dialectos misioneros buscaba los pretextos,
en su estirpe de niebla y firmamento los retazos,
en mi catedral inmóvil disimulamos los lamentos
y aparecieron los sobrios rastros del silencio.
Solo con mis muertes se fue dejando;
mudando su ceguera de oro, despojando sus filiales,
acariciando el fuego hasta apagarlo
penetrando los emblemas deleznables.
Dura tristeza bautizó mis cenizas arrugadas;
extinguiendo atenuantes, desmenuzando paciencias,
lamentando fronteras de colinas aladas,
curando mis revelaciones de santas esencias.
Jamás toqué sus bordes ni sus claves,
nunca bebí su viento, ni migré en sus terremotos.
No entendí la extraña errata de pasiones elementales
y encontró en mi remanso eterno, el amor de otro.

-.ll.-

Volverás a caminar por estos versos,
por la extensión de mis palabras y la orilla,
por la vergüenza de arrojarte en el deseo,
por entregarme terminal, a la deriva.
Volverás a los añicos de mi abismo
y en silencio admitido sin acuerdo
derramarás la lluvia seca de egoísmo
y en serena pena volverás a mi recuerdo.
En los rumbos privados de tu sexo;
juntaré los momentos, regresarán los etcéteras,
faltaré a la fruición arrabal de tus nexos,
faltarás a la armonía de mi triste meseta.
Volverás, deshojando patria y recompensas
mintiéndome con desgracias y extranjeros enigmas,
estrangulando preguntas oscuras y profesas
y con culpa por tus guerras llegarás hasta mis cimas.
Sin embargo, despojado de tu invisible recato,
viajaré hasta tus mejillas, tu recinto, tus ojivas,
besaré la incansable cantera de tu encanto,
Detonaré en silencio la postal de nuestra vida.
Y en la hojas que caen en nuestro lago;
dialogarán los instantes, la pólvora, el deseo,
el modesto abismo no será tan malo
y volverás a caminar por estos versos.

-.lll.-

Volvió de una noche, estoy seguro,
de su rutinaria tela, del hastío,
desde ese tugurio en falsos rumbos,
a mi guarida, mi trofeo altivo.
A tono en la humedad de mi modestia
exorcizó el ladrillo necesario
para sacar desde el alma oscura bestia,
y volverse un laberinto temerario.
Volvió desde un fondo de penumbras
nacido de inmarcesibles memorias,
a incendiar mi ruego en breves sombras
hasta la senda misma de nuestra historia.
Quedamos extinguidos al filo de los pasos
entre sudores de sexo y ruego continuados;
penetrando poros, obligando abrazos,
mendigando ganas, regalando orgasmos.
Sentí su boca bebiendo de mi cántaro;
sus manos de almendras recorriendo mi anhelo,
su dulce saliva encontrando mi páramo,
su vaivén animal convidando el jadeo.
Se volvieron sus ojos transparencias de tiempo
sus manos ardían en mi cuerpo durmiente,
la voz me pedía en ruego sediento;
un único beso, un ultimo intento.

-.lV.-

En la soledad de mis muertes te voy dejando;
no bastó la transparencia de tus ojos ni el intento,
no alcanzaste mi meteoro, ni abrazaste mis cimientos
ni adoraste el polvoriento sacrificio de mi tiempo.
Mendigando amor buscaste excusas, dudas,
engendrando ganas, incendiaste avaricias,
olvidando lo divino que te trajo aquí, apuras,
el renacer de mis ansias, las caricias.
Los lebreles que aparecen en tu ruego descarado
anuncian la impiedad del hierro de mi pecho,
y manchado por la poderosa franja en tu pantano,
remonto barriletes de humo y despecho.
Llana mi meseta se decreta insobornable,
mis ramas sin lago impulsan las gaviotas
y en la bravura oscura y divina de mi aldea
obligo a mis mármoles a sumergirte en la derrota.

-.V.-

Un respirar de humilde y quieto ensueño,
Ruinosos los limites que me sonrieron
Y en inocente eco, obligaron al desvelo.
Quizás hunda, su fulgor, en mi sombra
y mis fibras giman en manos invisibles.
Quizás broten, en mis hierbas las bocas
que anuncien regresos, casi imposibles.
Hendirá, ahora, su blanca hermosura,
su estrago anclará en mi puerto tranquilo
bañando la promesa de luminosa dulzura
abrumara la evidente imagen del olvido.
Inútil batalla que libro a mi suerte
en crueles galerías de anaqueles dispersos;
hiero mis corolas, espanto mi mente
surjo entre los fluidos virtuales del tiempo.
Tentando el racimo de pámpanos inertes
riego mi tierra, levanto parapetos,
torturo la esfinge bestial de mis vetos
fecundo realidades en los presentimientos.
Sentí aquella luna, deseada, esperada
como una enredadera violeta y espigada;
estremeció mis nardos, convoco cascadas
y voló hacia el día; en pulcras y breves alas.

-.VI.-

Contradigo y dispongo en estas letras
El revelado impulso del secreto
Aquel que indicaba en las esperas
Que volverías a caminar por estos versos.

No. No volverás a caminar por estos versos
Ni a brindar en la extensión de mis palabras
Olvide el amargo encanto de tus besos
Y abrace la dimensión solitaria de la calma

Atrás quedo el silencio que sin acuerdo
admitías. Como detrás quedaron los etcéteras
que en la armonía de la voz, buscaban los recuerdos
deshojados como el rumbo de mi meseta.

No. No volverás a evidenciarte en estas líneas
Prefiero la mudez de tu invisible recato
Conjurar en el viento mi oscura alegría
O perder en esta estrofa tu pálido encanto.

Lamento, entonces, el olvido y olvidarte;
Las antiguas dedicatorias y el secreto quieto
La primer cruz que me condujo a amarte
Y equivocada te hizo caminar por esto versos.

CLOWN 6



Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto.
James Russell Lowell

LAS ALAS DE LA PALOMA

EDITORIAL EL CUENCO DE PLATA

I HAVE FULLY COME OUT OF THE CLOSET – Cap 23 – Los Besos y YO.


Como buena loca que recién salía al mundo gay, luego de 5 años de pareja, ¿qué me podía pasar?, ¿adivinen?: el primer tipo que me beso en un boliche y me dijo una cosa bonita (que fue la pelotudes de siempre) -¡qué lindos ojos tenes! – caí muerto a sus pies. Pensé que sería mi último gran amor (pensamiento que sigo teniendo siempre). ¡Qué soberano pelotudo!; el pibe quería ponerla y punto y yo imaginándome entrando de blanco a la Iglesia del Pilar (sí y sí mi sueño siempre fue casarme, bueno no de blanco y menos en esa Iglesia, pero casarme). En fin sólo fue sexo y con el tiempo, aprendería a diferenciar las cosas, los discursos de los otros; incluso leerles en el cuerpo y la mente cualquier intención. Así empezó a pasar gente, por mi cuerpo digo; de todos los tamaños, edades e intelectos (cosa que me atrapaba inmediatamente).

En aquellos años felices (cual Beckett) unos podían charlar horas antes de pasar a revolcarse como perro en una cama y aún después de la revolcada existía la posibilidad de continuar viendo al otro. Hoy casi inexistente esta posibilidad (en esto me detendré mas adelante).

El tema, como dije, es que le puse ruedas al culo y lo largue a la vida. De la A a la Z paso por mi una ciudad entera. Era algo así como el slogan de aquella vieja radio: ME PEDIS ME TENES. Más fácil que la tabla del…. 1.

Se trataba de vivir una época en que había códigos, en que había sinceridad y existía el vínculo exacto de la mirada cómplice entre dos hombres.

Pero el trauma para mí seguían siendo los besos, si, no me gustaba meter la boca y lengua en cualquier otra boca y lengua. Para mí el beso tenia otro significado, es algo así como una comunión con el otro, una especie de entrega ritual. Yo quería un beso que libere toda mi oxitocina ( es una hormona que libera el cerebro en el flujo sanguíneo que influye en funciones básicas como enamorarse, en un orgasmo, etc.(los cague conla definición ¿no?). Mierda que iba a besar a cualquiera, bueno y a los que besaba ni indicios de hacerme aparece la puta hormona.
Claro que hubo besos apasionados que me provocaban una liberación de adrenalina en la sangre, aumentaban mi ritmo cardíaco, y me hacían agarran una calentura increíble. También hubo besos de aire; ¿viste esos que te soplan adentro de la boca pensando que sos una piñata?, que te ven como te vas poniendo rojo y no paran de soplar. Y también los que me besaban en las mejillas, pasando sutilmente la lengua, haciéndose los enamoraditos. ¿Y no me digas qué nunca te dieron un besito frenado, creyendo que con eso te calentaban más?. ¿El besito frenado no? Te meten boca y lengua en milésimas de segundo y te la sacan, te la meten te la sacan, llega un momento en que lo único que deseas es arrancarle la boca y la lengua para que no perjudique mas la boca de nadie con tanta histeria!!!
En fin besos hubo muchos, como el discreto beso con tocada; largoooooooo y como haciéndose los tontitos te iban metiendo lentamente la mano por la cintura del pantalón. Pero sobre todo estaban aquellos hombres , a los que yo si moría por besar y, ellos, acercaban tímidamente la boca para un paupérrimo piquito, apenas un contacto y por supuesto desmotivación total.
Al principio cuando me querían besar me daba un poquito de impresión (si recién conocía a la persona) el beso francés o morreo (como le dicen los españoles); en donde empiezan a meterte lentamente la lengua en la boca, la hacen girar y pretenden explorarte hasta la laringe, llenándote todo de saliva. En fin hasta hubo pelotudos cómicos que te daban el besito esquimal, frotando su nariz con la mia. ¡Qué lucha! Y esto recién comenzaba; porque un día, sin saber casi nada descubrí un beso muy sexual y sensual que tiraría varias teorías mías a la mierda, ese fue el beso negro que me sorprendio como suelen sorprender las cosas de la vida, casi sin querer: en mi facultad, con un compañero, que me hizo sentir en media hora Kim Basinger en 9 SEMANAS Y MEDIA.