martes, 15 de junio de 2010

AVISO SOLIDARIO

¿ESPERO QUE ME ESCRIBAS?


miércoles, 9 de junio de 2010

Deseo





" Apuesto a que hoy dormirás con los ángeles y soñarás conmigo, pero un día dormirás conmigo y soñarás con los ángeles. "

martes, 8 de junio de 2010

Carta a Papá Gay


Querido Papá Gay: ¿Cómo estas tanto tiempo? Estoy aca en casa; aburrido, volando de fiebre, con dolor de cabeza, una gripe galopante, medicado hasta el ojete y me acorde de vos ya que se van a cumplir tres años en los cuales, ni por puta casualidad, entraste por mi chimenea a dejarme un regalito. Entiendo que no me he portado muy bien, por las circunstancias que vos sabes y no detallare, pero bueno ya es suficiente ¿no te parece?. Por otro lado también pensaba en que nunca te escribí, si ya sé; estamos en junio y vos venís en diciembre, pero dadas tus demoras y entendiendo que los putos reyes magos no me regalaron ni una bolsita de lentejuelas, decidí escribirte antes para ver si a fin de año me tenes en cuenta. En realidad te quiero hacer el encargo yo, vos sabes bien que no me gusta pedir, menos a vos que estas tan ocupado tirando purpurina por Palermo y moviendo agitadamente la cola por Las Cañitas, pero hacete un tiempo y cópate conmigo date una vuelta por San Telmo, no seas malitus!!!!
Ya hace bastante que me comporto como un niñito muy pero muy, muy bueno; te cuento que ni siquiera estoy relacionándome sexualmente con los hombres que asiduamente me provocan: NO, NO Y NO nada de sexo. Otro tema para que consideres; laburo como un husky siberiano en heladas mesetas y aun estando solo como Adán en el día de la madre, no me deprimo, no me angustio ni nada por el estilo. Me porto bien con mi familia, creo que con mis amigos también, ayudo a los que puedo, etc, etc, etc. Como vos sabes bien a misa no voy, perooooooo suelo entrar a las Iglesia, amo el silencio que las habita y su arquitectura. También aprendí a decir que no a muchas cosas y situación. AHHHHHHH ES IMPORTANTE QUE SEPAS QUE RENUNCIE AL ALPLAX (descubrí algo menos tóxico que ya te contaré).
No me quiero extender tanto pero anda pensando que lo que deseo como regalito es un hombre de, mas o menos, 27, 28 años hasta 45 (aprox), que no tenga ningún tipo de retraso mental (y no hablo de la enfermedad sino de las elucubraciones que hacen con sus pensamientos pseudoadolescentes). Ah ! a colación de esto que ese hombre que, segura y amablemente me traerás de regalo, pueda hilar dos palabras coherentes sin que le agarre un ACV. Me gustaría que el regalito tenga trabajo y no sea un parasito y sobre todas las cosas que no sea una mariquita que se cree la Cenicienta homosexual salvada por un príncipe. Estaría bueno que sea limpito, que tenga algún tipo de iniciativa (mira hasta me conformo que un domingo me diga de ir a comer hongos venenosos al barrio chino) y que por sobre todas las cosas SEA UN HOMBRE, HABLE COMO HOMBRE, SE VISTA COMO HOMBRE, PIENSE COMO HOMBRE, COMA COMO HOMBRE, SE MUEVA COMO HOMBRE y por favor que su cola no sea una hoguera que busca permanentemente se apagada por todas las mangueras. Por favor, tampoco quiero que este hombre me muestre fotos con poses eternas como visitando a un proctólogo.
Mira Papa Gay no te quiero amenazar pero si ni siquiera recibo una respuesta de un NO (en caso de que no me traigas el regalito), juro por dios y todos los santos que te recontracago a patadas en el orto, enveneno esos renos transexuales y drogones que tenes, le cuento a Melchor que te encamas con Gaspar, así te agarran con Baltazar y te rompen mas el orto.
Y media pila Gordo Misógino que ya estoy llegando a las cuatro décadas y el pescado sin vender. La p…que te p….

martes, 1 de junio de 2010

Stop


Una canción dice y se nombra en su enunciado: “tarda en llegar pero al final hay recompensa” . Entonces te das cuenta que todo sirve, hasta el llamarse a silencio, el retirarse en un buceo interno en las aguas de uno; con sus turbulencias y sus espejos.
Así fue que en este tiempo de reflexión y alejamiento de todos y todo, me senté al costado de mi vida, en su lateral menos oscuro. La intención era recorrer un camino, pero sinceramente los caminos poco me importan, solo me interesa la forma en que los transito. No me importo mirar para adelante, sino contemplarme hacia atrás: el pasado suele ser el espacio de encuentro con el hoy. Desde ese lateral en que estaba sentado, solo quería llegar al otro lado. Efectivamente aparecieron carteles de desvíos, pero desviarme significaría detenerme en el error, nuevamente.
Te cuento que desde este lateral vi todo, hasta aquel momento, ya lejano, en que mi vida volvía una y otra vez al instante en que creí encontrarme y solo me sentía perdido. Lo que más me impresiono de esta visión es que me vi sin miedo y mirando hacia atrás comencé a caminar hacia delante.
Fue aquí donde me pare logrando ver mi vida temprana, los primeros años de juegos y jardín, de llantos cubiertos de risa y la caricia de mi madre anunciando el sueño.
Seguí.
Pasos gigantes y cortos, ágiles y cansados me acompañaban por un cemento crucificado en la línea amarilla que, en la ruta, parecía separar la vida de la muerte. Todo me resultaba igual.
También me canse; un súbito cansancio me hizo ver el espejismo de un adolescente que corría detrás de un sueño, que quizás sería su gloria o su fracaso, pero en aquellos años no importaba. Lo verdadero era perseguir aquel sueño.
Seguí con los ojos cerrados, caminando, dejándome llevar por la monotonía de mis pasos.
Mis pasos detectaron piedras, piedras y rocas, elevaciones rocosas que invitaban a mi descanso. Me senté en la roca más alta y observe el paisaje, sentí llegar a la iluminación y toda mi vida no era más que una metáfora ausente de mi. Volví mis ojos al camino o esa mi vida, y ahí estaba lisa, inmóvil, sin nada que la molestase, ¿era acaso eso yo?.
Tambien apareció un atajo o un corte, la única opción para encontrar un lugar mas cerca, ese lugar que representase un sentido para mi vida.
Ahí todo cambio; el sol empezaba a anochecerse, el paisaje giraba ante mis ojos, todo era móvil, inútil, rápido al extremo de convertirse en inanimado. La duda: ¿era acaso eso yo?.

Escuche el silencio inerte del paisaje; no habia pájaros, no aparecía la luna en aquella noche, este camino era un desierto que se ensanchaba hasta hacer metástasis con mi desesperación: no habia nada.
Yo deseaba el ruido del agua, el caer despojado de la lluvia, el fluir de un rio, la insolencia de una cascada. Solo agua, la que todo limpia, la que todo lleva.
Giré en el contorno del paisaje y no encontré motivo para sentirme tan infeliz.
Todo parecía cerrarse en un circulo perfecto: el amor ¿el amor?, la familia ¿la familia?, los amigos, el tiempo, lo vivido y lo no. Era todo en una forma de llegar a nada.
Fue ahí cuando llore; puse todas las lagrimas en aquella roca.
Fue ahí cuando reí, acobarde mi estomago de tanta risa.
Fue ahí cuando maldije todo lo hecho, todas esas grandes cosas que perdí por no animarme.
Y me levante, me levante firme, retome el camino, no importaba ya el paisaje y sus silencios o sus ruidos, quería verme y olvidarme de todo lo prometido por otros, todo lo prometido por mí.
En mi espalda puse toda la felicidad que me cabía y camine lento con una certeza: que caminaba hacia un mejor y desconocido destino.