domingo, 29 de noviembre de 2009

ALEJANDRA Y YO

TIEMPO (a Olga Orozco)

Yo no sé de la infancia
Más que un miedo luminoso
Y una mano que me arrastra
A mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
A pájaro acariciado.
(Poema de Alejandra Pizarnik)

Un perfume apagado en el misterio de los primeros años, los que hoy se escuchan lejos, como el ajetreo nítido y constante de las golondrinas buscando sus lugares.
Un perfume acopiando recuerdos de mi infancia acariciada por la luz difusa del rocío, haciendo estragos en el pasto. Cuando niño, yo vivia en un miedo luminoso, casi perverso; creía que cada luz aparecida era como la antesala de mi encuentro con Dios. Pero no, no había una mano arrastrándome al encuentro con aquel dios que creía mío; ha sido el silencio, lo absurdo, la nada, eso ha sido mi credo, mi única religión.
Ha sido el tiempo con sus manos arrastrándome a orillas de mares lejanos y cargados de esperas. Si, y era como perderme en una búsqueda de nunca saber que. Callar lo sentido, decirse en el silencio que nadie escuchaba, apagar con un leve soplo de olvido todo el deseo acurrucado en la piel.
Aquella infancia, que tal vez no fue la mía; porque en este hoy deje de ser aquel, tiene olor a tilo, conserva la textura áspera y ocre de los otoños, el color del cielo tornándose horizonte en un cruce anaranjado, rojizo y gris.
Aquella infancia, que tal vez no fue la mía; porque en este hoy deje de ser aquel, deje de ser entonces, fue la infancia vivida de los otros, pues la infancia que recuerdo no tiene memoria. En la infancia que recuerdo no había posibilidades, no había origen; sólo existía el silencio, demasiada mudez en las voces, demasiada vacuidad en lo dicho. Silencio, demasiado silencio.

Voces perdidas
Ecos susurrados
Rebotes y rebrotes
De los que todo lo quieren
Sin la necesidad de tenerlo
Voces y gritos
Shh!
Más silencio.

Yo me rescataba de mí, me escondía de mi sombra y a veces jugaba con ella para naufragar en esos mares, aquellas tempestades tan despiadadas como yo. Y yo me perdía de mí; esa era mi infancia o el desdoblarse en la tristeza de querer ser alguien.
Tu infancia y su perfume a pájaro acariciado confundida hoy con el vapor maldito de mi memoria.
Nunca fue una mano la que me arrastro al encuentro con aquel dios que creí mío; era el miedo el que me llevaba, el aterrador miedo de la desesperanza, del querer ver a ese dios y que me hable, me hable, me acaricie la voz de su perfume y me abrace con la luminosidad que sólo él, suponía yo, tenia.
Sólo quería saber de él.
No, aquella infancia, tal vez la que fue mía, ya no tiene memoria, sólo retiene el sonido ensordecedor de voces silenciosas, el aroma apagado de los tilos y la imagen de un niño que siempre quiso ser otro y sólo se encontró con él.
(de mi Libro Alejandra y Yo)

FUNCIONES DE LA POLÍTICA CULTURAL

ARTICULACIÓN CON OTROS MEDIOS

Permite el enfoque sistémico mediante acciones integradas e interdependientes con las demás áreas de la organización, así como otras organizaciones y el resto de la comunidad.
Facilita el desarrollo comunitario conjunto.
Permite elaborar programas de apoyo y asistencia a la educación ordinaria.
Complementa la educación formal, otorgando formas mas abiertas de aprendizaje, sobre aspectos relacionados a situaciones vitales de los propios educandos.
No solo trasmite conocimientos sino que facilita la comprensión de la realidad, desarrollando proceso de participación y autoaprendizaje.
Permite el desarrollo de mecanismos de educación dinamizantes de la comunidad y en permanente actualización, en contraposición a lo estático que suele caracterizar a la educación ordinaria.
El uso de los medios de comunicación favorece el intercambio entre creadores y publico.
Constituye un instrumento para expresar la identidad cultural, para educar y formar, como asimismo para contrarrestar los efectos de aculturación producidos por dichos medios.

Esta función que acabamos de consignar esta referida a toda la articulación del área con otros sectores, pero principalmente con aquellos de la educación (todo tipo de programas educativos que sirvan de apoyo a la educación formal) y en segundo termino con los medios de comunicación.
Si la educación no se fundamenta en la cultura no pasa de ser mera instrucción; no tiene sentido alguno. Educación y cultura necesitan esencialmente de comunicación, son hechos comunicacionales en si mismos.



RELACIÓN CON ENTIDADES CULTURALES NO OFICIALES.

Facilita el desarrollo de actividades culturales descentralizadas.
Presupone una distribución geográfica de los centros de cultura.
Permite la realización de programas conjuntos, alternados o complementarios, coadyuvando a la integración interinstitucional y comunitaria.
Facilita una mayor participación de la comunidad en actividades culturales.
Permite el aporte de asistencias técnicas, subvenciones u otros tipos de apoyo.


PROMOCIÓN DE LAS ACTIVIDADES FÍSICAS Y RECREATIVAS.

Facilita la participación de la comunidad, movilizándola socialmente en realizaciones populares.
Induce al uso racional del tiempo libre.
Reivindica la función del cuerpo humano como elemento constitutivo del ser espiritual, a través del componente lúdico y de las actividades físicas.
Proyecta sobre los pobladores el sentido de integración social, de unidad, de pluralidad y de interrelación entre los miembros de la comunidad.


ANIMACIÓN SOCIO-CULTURAL.

Constituye la suma de todas las funciones consignadas y el resumen final de ellas.
Constituye el fin último de la política cultural municipal.
Propende a la elaboración de programas y proyectos propios de la comunidad.
Invierte el papel tradicional de la gestión, dirigida desde arriba hacia abajo, para que sea promovida desde la misma sociedad, relegando al Estado al papel de animador socio cultural, factor de apoyo, de subsidio y de asistencia técnica para el desarrollo social.
Otorga dinámica, justificación y utilidad a todas las funciones culturales.
Hace óptima la consagración de los derechos del hombre a la cultura y al ejercicio de la democracia cultural.
Garantiza la libertad creadora individual y colectiva.
Se fundamenta en la animación socio-cultural y en la autogestión de la propia comunidad como forjadora de un destino común.
Son os mismo individuos los que crean su propia cultura, que toman conciencia de sus problemas y que buscan la forma de resolverlos. Estos grupos humanos crean su dinámica y proyectan el futuro.
Se fundamenta en la movilización comunitaria, en la participación activa, en el hombre como realizador de su propia cultura como transformador de la sociedad.
Tiende a asegurar a cada individuo, grupo o comunidad, las bases para que gestione, realice y desarrolle su propia vida cultural.
Crea condiciones para que cada individuo pueda desarrollar libremente sus potencialidades, con respecto a su identidad cultural y de aquellos que no la comparten.

En síntesis: considera a la cultura como un ámbito donde se generan procesos de participación, a fin de que la cultura llegue a ser patrimonio del pueblo.


INTEGRACIÓN REGIONAL

Permite definir un perfil cultural de la región propio y compartido.
Tiende a la ejecución de realizaciones conjuntas, que consoliden una cultura autentica, insertada en la realidad regional.
Otorga identidad a la región.

LEGISLACIÓN CULTURAL

Coadyuva a determinar las políticas culturales y sus métodos de acción.
Regula las acciones del Estado, de las instituciones y de los particulares, en relación a los diversos campos de desarrollo cultural de la comunidad.
Se constituye en un instrumento adecuado para la protección del patrimonio cultural, la creación y producción cultural.

Breve historia de la sexualidad

El sexo a lo largo de la historia ha sido entendido y experimentado de distintas formas dependiendo de los distintos factores:

• Momento histórico
• Lugar geográfico
• Marco religioso-cultural

La historia de la sexualidad ha recorrido diferentes civilizaciones y culturas, caminando de la mano de las más importantes religiones del mundo: Cristianismo, Islamismo, Judaísmo, Hinduismo, Taoísmo y Budismo.

Todas ellas han marcado normas y conceptos de la respuesta sexual humana.

Existen huellas históricas que nos hablan del interés por el sexo en el mundo antiguo. Es el caso del Arte Erótico en el Paleolítico donde objetos y pinturas ensalzaban aspectos de la sexualidad.
Como ejemplo de ello son las danzas fálicas que aparecen representadas en pinturas rupestres, las Venus Esteatopígicas, las vulvas grabadas en piedras, los grandes falos en estatuas y grabados. Enmarcados como símbolos de una sexualidad entendida como fecundidad en la mujer, fertilidad de la tierra y virilidad del varón.
Asimismo se sabe con certeza que en el mundo antiguo, los genitales no tenían significado obsceno o erótico, por tanto, cabe pensar que estas figurillas y pinturas eran símbolos de la fuerza fecundadora. Símbolos de una sexualidad que aseguraba la continuidad de la vida por la descendencia.
Familiarmente se supone, que en un principio, se aseguraba la descendencia con la monogamia, como sucede en el mundo animal. Esta situación fue evolucionando hacia la poliandria, más típica de las sociedades matriarcales, en las que la mujer era la pieza clave de las sociedades, la que ofrecía los hijos, que era el mayor bien de la familia.
Esta situación fue modificándose, a posición del hombre poco a poco fue adquiriendo relevancia, hasta el punto que la mujer fue perdiendo sus privilegios a favor del hombre, que se convertiría en el patriarca, inaugurándose pues el concepto de poligamia.
En Egipto, la sexualidad se vivía de un modo bastante permisivo e igualitario, ya que se daba en una relación de igualdad entre hombres y mujeres.
Las sociedades egipcias se regían por el concepto de monogamia dentro del matrimonio, y a pesar de que se gozaba de cierta libertad sexual, se esperaba de la mujer fidelidad y entrega a la crianza de los hijos.
El incesto sin embargo estaba permitido. Siendo frecuente en las familias reales. Sobre todo los matrimonios entre hermanos.
Artísticamente se conservan papiros y estatuas, que muestran la importancia que se le daba a la práctica sexual, al coito, a las orgías, a los genitales (como símbolo de virilidad y fecundidad). Estas estatuillas y representaciones sexuales, eran tan importantes en la sociedad egipcia, que incluso acompañaban a los muertos en sus tumbas como amuleto o tal vez para ayudar a despertar a otra vida.
La cultura egipcia atribuía tal relevancia al sexo dentro de la vida diaria, que tenían el pleno convencimiento que en la "otra vida" existiría el sexo y disfrutarían del placer sexual después de la muerte.
La mujer egipcia era considerada como objeto de culto y contemplación. Como ejemplo se cita a las prostitutas sagradas que eran mujeres que mantenían relaciones sexuales como parte de rituales religiosos en lugares sagrados y normalmente como ofrenda a los dioses. Se cree que estas mujeres surgen de sociedades matriarcales en las que la sexualidad y la espiritualidad estaban muy unidas, por lo que el sexo se convertían en ofrenda a los dioses para ganar su favor y que la mujer fuese obsequiada con fertilidad.
Por otro lado, se decía que al ser las mujeres las encargadas de ciertas labores sagradas del templo, algunos hombres comenzaron a solicitar sus favores sexuales, de un modo meramente circunstancial, pero con el paso del tiempo, se fue sacralizando por la mayor importancia que adquirió la mujer en el ámbito religioso, de modo que el acto sexual llegó a convertirse en algo sagrado.
Otro planteo histórico afirma que deriva del rito de iniciación de las mujeres jóvenes antes de su casamiento. Siendo ofrecida al responsable de la tribu que era el que la desvirgaba para entregarla después a su esposo. (*) “La prostituta sagrada” de Nancy Qualls-Corbett

Los Babilónicos en cambio, vivían una sexualidad más limitada basándose en una monogamia estricta en la que la mujer era un mero objeto de placer y de dar hijos. El hombre sin embargo gozaba de ciertas licencias ya que era legal tener concubinas. El adulterio y otros comportamientos sexuales no permitidos, eran castigados con dureza.


El Imperio Romano atravesó por distintas etapas tanto en su desarrollo como en su decadencia. En cada una de ellas y por distintos motivos e influencias podemos identificar distintos acercamientos y modos de entender y vivir la sexualidad.

Tanto la religión como la familia ocupaban un lugar prominente dentro de la sociedad. Ambas instituciones (religiosa y familiar) eran respetadas y admiradas como valores que salvaguardar dentro de la vida cotidiana de los ciudadanos romanos. Dentro del modelo de familia patriarcal, la mujer romana ocupaba un lugar insignificante, casi nulo; antes de casarse la mujer era “esclava” en el hogar paterno, y durante el matrimonio (decidido por los padres), pasaba a someterse al marido.
Su cometido se limitaba a cuidar de la casa, procrear, criar a los hijos y complacer sexualmente a su marido.

La extensión y posterior caída del Imperio Romano dio un duro golpe a la familia como institución, ya que las guerras fueron causa de la desintegración de numerosas familias. Esto motivo y promovió una búsqueda de la sexualidad fuera del marco del matrimonio y la familia.

Ya en la decadencia del Imperio Romano reino el caos familiar y sexual, caracterizado por el auge de la prostitución; donde comienzan a proliferar los burdeles y se podía obtener compañía de las prostitutas que no sólo ofrecían placer sexual sino que se ofrecían como oyentes e interlocutoras de los hombres a los que les gustaba charlar de filosofía. Las infidelidades y el adulterio pasaron a ser prácticas sexuales comunes y cotidianas, hasta tal punto que los divorcios se consideraban como un trámite más dentro de la vida diaria en Roma y la homosexualidad entre hombres no estaba mal vista.
Contrario a este movimiento crece una corriente filosófica proveniente del estoicismo y el neoplatonismo, que promueve una nueva espiritualidad que afecta a la vida sexual de las personas.
Así, se reconoce la práctica amorosa en el marco del matrimonio, animando a los jóvenes a llegar vírgenes al matrimonio.

Dentro de esta corriente que se difundió a lo largo del s. II, los médicos aconsejaban, el ejercicio físico, así como la lectura, el estudio de la filosofía, y el abstenerse de la masturbación, ya que aunque no reconocía que fuese nocivo para la salud, consideraban que provocaba un desarrollo sexual demasiado precoz.