lunes, 12 de octubre de 2009

La voz de mi amada


La angustia incendiaria
levanta flamas en el alma
donde el sol estiva
las lágrimas de piedra
que viven en su corteza de ángel…
Las mañanas son vívidas
imágenes en óleos
silueta del cuerpo de agua
de las manos verdes
de todo tu tiempo al día
de la hora en que se evapora
el elixir de la belleza más primitiva…
Vamos a escuchar cantar a las aves
a beber del cielo
su color de alga
al arrullo de la corriente
susurrarle una plegaria.
Estas tomada de mi brazo
y el sendero se abre
como surco del campo
trepando el aire, rasgando el viento
no alcanzo a ver mas allá
pero hay mucha calma
sonidos de caracoles marinos aguardan
cántico de las estrellas
que da luz a nuestras humanidades
juntas, siempre…
Mi garganta de horizonte
es como un crepúsculo
que se define en los labios
allí quiero que tu llanto encuentre reposo
que los gritos de éste mundo sean caricias
vayamos al lugar
donde podremos ocultarnos hasta el amanecer…
La voz que habla es un aroma
como la vegetación campestre
donde tus harapos son así
tan esenciales como la piel
tu piel, que también es mi piel
tu mundo, que también es mi mundo.
La contextura perfecta de la felicidad
es como tu gesto, el movimiento de tus manos
tu cabello perfumado
danzando tranquilamente
mientras los ojos se crispan
centellean
brota tu nombre por todos lados
y se desliza por las fibras que me atraviesan
como el sueño de una nube
como la voz de mi amada…




Pedro Echarren

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