domingo, 3 de julio de 2011

ACA ESTOY



Supondrás que luego de esta larga ausencia me case, compre la casa, recorrí Europa, fui padre-madre, compre un gato, me echaron del trabajo, conseguí otro, enviude, volví a casarme, tal vez pensaste que me suicide, me refugie en un monasterio, emprendí un viaje sin retorno en el mundo de las drogas, estoy en Biafra trabajando como voluntari@, me secuestraron y me hacen tener sexo a cambio de un peso. ¿si?, ¿pensaste algo de esto?, porque si fue así; hay que estar al pedo che!
NO paso nada de eso, bueno una cosa si: TUVE UN GATO, que no compre; lo encontré en la calle (a la salida de mi trabajo), lo vi tan desvalido y chiquitito, que lo metí en un cajita y lo traje feliz a casa. Lo lleve al veterinario, lo vacune, bañe, desparasite, le compre alimentos (con platitos para el alimento seco y otro para alimentos preparados), le compre su bañito, las piedritas, juguetitos y todas las tardes, cual madre preocupada por la nutrición de su hijo, antes de llegar a casa pasaba por la veterinaria y le compraba unos chupetines (si, no te asombres CHUPETINES PARA GATOS) de salmón (solo una loca hace esto, no veo a un hetero comprando “chupetines de salmón”y... PARA UN GATO.). El tema es que el gato estaba feliz y yo … como decirlo; acompañado; alguna vez te dije a falta de pareja otro animal lo reemplaza. Le puse Marti. (no me comí la N, como José Martí)
Marti cada noche esperaba que me acueste para ponerse a mi lado y mirar un dvd conmigo (no estoy loc@!! miraba películas conmigo) y puntualmente a las seis de la mañana me empezaba a caminar por la cabeza y el cuello. Yo me levanto a esa hora y vivía sus masajes capilares como un acto de amor; después entendí que ya a esa hora estaba cagado de hambre y quería su comida. Lo de Martí se resumen fácil: la primera vez que me cago y meo la cama, no lo vi; ergo: no pude actuar en consecuencia y lo deje pasar. La segunda vez (dos días después) lo agarre in-fraganti y se comió un cachetazo. Ya va a aprender a mear y cagar en su “bañito”-pensé. La tercera vez, que volvio a mear y cagar en la cama, tampoco lo ví pero el se debe haber acordado del cachetazo ya que por horas no lo encontré.
La peculiaridad de Marti era que no meaba y cagaba las 18 horas que pasaba solo en la casa, durante ese tiempo su necesidades las organizaba en su cajita higiénica, el tema es que el gato hijo de remilputas esperaba que llegue yo para cagar y mear y encima EN LA CAMA!!!!
La cuarta vez emplee más violencia física y encierro, lo deje en la cocina toda una noche. Dormí furioso pero en paz,impregnado en olor a lavandina, pensando en comprar otro colchón y deseando que cambie su actitud escatológica para conmigo.
Me desperté, abrí la ducha, fui a la cocina y ahí estaba, mirándome con cara de dormido y un dejo de odio arriba de un acolchadito que, haciéndome el rudo, le revolee la noche anterior, le serví su desayuno y me metí a duchar.
Mientras me cambiaba me di cuenta que no aparecía Marti (cosas rara ya que cada mañana mientras me vestía el me mordía los dedos). Con su desaparición llego a mi sentido del olfato un interesante, fuerte y devastador olor a mierda!!!!, que hasta logro hacerme lagrimear. Fui al cuarto que oficia de escritorio y , en el medio de la alfombra, una cagada de proporciones vacunas; humeante, fresca y nauseabunda. En ese momento decrete el fin de Marti, en ese momento entendí que hasta los animales se cagan en mí; CÓMO PRETENDO ESTAR EN PAREJA!!!!
No hice nada. Martí había desaparecido, deje todas las puertas del departamento abiertas y me fui a trabajar (hasta último momento soy bueno) pensé; que disfrute su último día acá, ahora sí: QUE CAGUE TODO LO QUE QUIERA Y DONDE QUIERA.
A la tarde llame a Min, un chino amigo, que chocho de la vida vino a buscar a Martí.
Volví a dormir solo. Desde el día que le regale el gato a Min, no pude hablar más con él: Tengo miedo de llamarlo un día para preguntarle por Martí y me responda: - Estaba riquísimo.-
Y si… tengo sentimientos che!
y además he vuelto y tengo tanto pra decir.

1 comentario:

Chus Sanchez dijo...

Excelente relato. Es muy ingenioso. Volveré para leer alguno más.