sábado, 25 de septiembre de 2010

IDENTIDAD


Como el título indica, Zygmunt Bauman analiza en este libro los cambios que se han producido en la noción de identidad en nuestro mundo moderno.
En el medio líquido de consistencia lábil en el que transcurren las vidas de los hombres en la actualidad, dicho concepto de identidad se ha vuelto completamente ambiguo, hasta convertirse en una idea contestada, que sólo se esgrime en el contexto de un conflicto, en el campo de batalla: se trata de un concepto que, queriendo unir, divide, y queriendo dividir, excluye, de tal manera que, si alguna vez sirvió como estandarte para la emancipación, hoy puede resultar una forma encubierta de opresión. Este doble filo de la identidad se pone de manifiesto, sobre todo, cuando se ve en qué ha quedado la “humanidad”, esa identidad que nos iguala por encima de cualquier otra identidad circunstancial. Seguramente, la humanidad se halla hoy en la cola de las identidades, postergada por afinidades menores, más circunscritas y menos universales, carcomida por auténticas identidades de ocasión, de las que se participa con el mismo espíritu con el que se exhibe una prenda de moda.
Zygmunt Bauman advierte, con sus convincentes argumentos, de que la necesidad del ser humano de buscar sus raíces, de identificarse con un nudo familiar, de sintonizar amistosamente con otros, no puede instrumentalizarse como un bien de consumo, como un producto dictado por la coyuntura. De otro modo, el hombre no logrará sanar nunca del desconcierto existencial que hoy parece aquejarle.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Bifocal, Pablo Bernasconi

BIFOCAL


Prólogo -
Propongo aquí un viaje oscuro. Un recorrido inclemente por veintitrés puntos elegidos para meterme en problemas. David Lynch asegura que las ideas son como peces. Si así fuera, éste sería, lector, mi cardumen de pirañas. Me expongo adrede desde un espacio polarizado y estanco. La nube negra cubre mi vista pero no nubla las ideas, que brotan teñidas de un pesimismo denso, ásperas y sórdidas...




Prólogo +
Propongo aquí un viaje radiante.Un blindaje optimista de sesenta y cuatro páginas para abordar un puñado de temas desde una mirada luminosa. Por supuesto que esta parcialidad supone un prolijo hermetismo; de este lado del libro soy un cíclope miope con buenas intenciones. Pero aun así me interesa avanzar con este experimento empalagoso y no por eso poco sincero. Lo único que elegí, lo único que edité, fueron los días en que decidí abordar cada tema. La consigna fue plasmar cada uno de estos conceptos desde un período puntual de optimismo, fueron los momentos que atravesaba los que decidieron qué pensaba, y no tanto la certeza. Naturalmente esto implica enfrentar fuertes convicciones...




PABLO BERNASCONI nació en Buenos Aires en 1973. Es diseñador gráfico egresado de la UBA. Desde 1998 es ilustrador en el diario Clarín, y actualmente trabaja para diferentes publicaciones de todo el mundo. Sus ilustraciones se publican en The New York Times, The Saturday Evening Post, Rolling Stone, Abuelas de Plaza de Mayo, Caras y Caretas, Daily Telegraph y The Times. ya ha publicado ocho libros infantiles como autor del texto y de las ilustraciones: El brujo, el horrible y el libro rojo de los hechizos, El Diario del Capitán Arsenio, Hipo no nada, El Zoo de Joaquín, Cuero Negro Vaca Blanca, Rebelión en Tortoni, Excesos y exageraciones y Los Súper Premios; un libro de imágenes para adultos: Retratos, e ilustró más de diez títulos de importantes autores de diferentes nacionalidades.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La meditación será el camino?


El cuento es muy sencillo: todo lo que no pede ser no será. ¿ Leíste lo anterior? Lo del jengibre digo; ¿qué como siguió la historia? Fantástica, tanto que te hago una cronología:

Nos conocimos un día….


2. Día: me llamo a la mañana, al mediodía y a la noche. En el medio 12 mensajes de texto alabando mis ojos, mi boca, mis besos, mi ¿personalidad? What!!!! (sscas la personalidad de un tipo de un día para el otro?) y resaltando sus ganas de verme pero ese día terminaría tarde de trabajar.


3. Día: se repite modalidad anterior con promesa:- tipo 19 hs te llamo para encontranos a tmar ubn café (les cuento que trabaja a dos cuadras de casa). 19 en punto me llamo para decirme que no podía porque tenia una reunión de comité de crisis (si, era verdad, por un escandalete que fue de conocimiento público) le creí.
Me llamo a las 23 hs diciéndome que recién llegaba a sus casa y me conto todo el problemita de la suspensión de licencia de famosa empresa. (yo, bajo el efecto del rivotril no le entendí nada)


4. Dia: léase JUEVES se repite lo anterior, aunque el tercer llamado fue para decirme que:


a. el viernes cenaba con amigos para mostrarles las 4.500 fotos que trajo de su viaje por Europa. (se olvido de la crisis mientras la gente manifestaba en el congreso)
b. el sábado llevaba a su sobrino y sobrina a ver CASI ANGELES y luego visitaría a sus padres.
c. El domingo asado en la casa paterna, más visita a lo de su hermana (terminaré agotado- me dijo)

Bien todo bien, yo tranquilo, sólo me hacia una pregunta: un tipo que te dice, afirma, asegura, exige conocerte, tener ganas de verte , de estar con vos, etc , etc: ¿NUNCA TIENE 5 MINUTOS NI PARA UN CAFÉ?

Persevera y triunfaras es una frase absolutamente pelotuda, al menos en las relaciones amorosas. Yo no persevero nada, si no veo un ápice de intencionalidad, ¿sabes qué? ANDA A SEGUIR COMIENDO ASADO CON TU PADRE, PERVIRTIENDO LA MENTE DE TUS SOBRINOS CON LAS PEDORRADAS DE CRIS MORENA, CHUPANDO LA TETA DE TU MADRE (42 AÑOS TENES PELOTUDO!!) MOSTRANDOLE FOTOS DE MIERDA A TRES AMIGOS UN VIERNES A LA NOCHE!!! QUE PAÍS QUE PAIS, QUE IMBECILES!!!!!!

La segunda semana transcurrió igual, hasta el jueves que me dijo: - El sábado tengo una horita para verte, ¿tomamos un café?
- Sabes qué pasa J. por un lado tengo el cumpleaños de mi mejor amiga, por otro lado tomar una café con vos significa que vas a estar atendiendo tu i phone, tu blackberry y tu celular durante la hora que dure la charla y por último, ya te lo había dicho: no me gusta perder el tiempo en lo intrascendente, seguí con la terapia, resolve tu vida y sé feliz pero por sobre todas las cosas NO ME LLAMES MAS, NO ME ESCRIBAS MAS Y BUSCATE UNA VIDA QUE BUENA FALTA TE HACE, PELOTUDOOOOOOOOOOOOOOOOOO URBANOOOOO.

La histeria a terapia. SI, sigo solo y?
Es culpa mia?

sábado, 11 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

CONTRA EL CAMBIO


Fragmento:


Sucedió en algún momento de estos años: de pronto, el mundo se despertó con un apocalipsis nuevo. Los temores ecologistas encontraron su forma perfecta: el planeta sufriría un cambio climático tan profundo que nunca nada volvería a ser igual. Y, entonces, gobiernos, famosos, organismos internacionales, grandes corporaciones, pequeñas oenegés se lanzaron a luchar contra el cambio.

Contra el cambio es un recorrido por una decena de países –Brasil, Nigeria, Níger, Marruecos, Mongolia, Australia, Filipinas, las Islas Marshall, los Estados Unidos– que sufren la amenaza climática. Pero es, sobre todo, una reflexión afilada, provocativa, sobre este trastorno que, de pronto, parece ser el problema más importante de un mundo plagado por el hambre y la miseria.

Con humor, con elegancia, con vehemencia, Contra el cambio discute los sentidos del ecologismo, el lugar de la Naturaleza en nuestra sociedad, los intereses verdes de los grandes capitales, la ideología del conservacionismo, el clima de una época que piensa su futuro como una espada de Damocles. Y lo hace proponiendo un género mixto –una crónica que piensa, un ensayo que cuenta– llamado a renovar la forma de la no-ficción en castellano.


Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) se licenció en Historia en París, vivió en Madrid y Nueva York, dirigió revistas de libros y revistas de cocina, recorrió medio mundo, tradujo a Voltaire, Shakespeare y Quevedo, recibió el Premio Planeta Latinoamericano, el Premio Rey de España y la beca Guggenheim. Es autor de una veintena de libros. En Anagrama ha publicado su novela A quien corresponda y las crónicas de Una luna.

Te, jengibre y champagne


Posiblemente una palabra para describir lo que veían mis ojos era deidad. Visualmente J. era una aproximación a lo perfecto. Lo primero que le dije cuando se sentó fue que cambie la foto de su perfil: - No te favorece para nada, personalmente sos mucho más lindo ( me salio del alma el comentario tan, pero tan gayyyyyyyyyyyyy). Logre hacerlo poner colorado y empezamos a hablar.

Si era una deidad visual, cuando comenzó a hablar, duplico cualquier intención mía. Me contó de su trabajo, de sus viajes, de su familia, de sus sobrinos, de etc, etc, etc. Espera que te cuento: J. me dijo medir 1.87 mts y era verdad, rubio, los ojos verdes me dejaron ver la transparencia de una mirada increíblemente seductora, la primera vez que sonrío creí volver a las viejas poluciones nocturnas; sus sonrisa entre naif y morbosa despertó todas mis fantasías. Íntegramente vestido de Armani (hombre) y negro de pies a cabeza y un perfume, un perfumeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee que me abrazo desde que llego hasta que se fue.
Extasiado como estaba cuando vino el mozo me hice el esplendido y pedí un té de naranja con jengibre y J. un té ingles.
Hablamos, hablamos mucho y en un momento perdí el hilo de la conversación; mientras lo escuchaba esbozaba una leve y comprometida sonrisa de placer, sonrisa que se me borro instantáneamente, sin motivo aparente cuando la voz de J., comenzo a ser una lejanía para mis oidos, cuando empecé a ver como se desdibujaba su perfil de mis ojos, cuando un sudor frío comenzó a recorrerme el cuerpo, cuando él rozo mi mejilla y me dijo:- R, te sentís bien?, estas blanco como un papel!?. Volví en sí para responderle: - Si, todo bien, discúlpame voy al baño. ¿Pensaste que me cagaba?; eso hubiese sido fantástico!!!! El puto te de jengibre con naranja me provoco una reacción que casi paso al otro mundo, apenas llegue al baño a vomitar como poseído por una sobredosis de éxtasis, ajenjo y vodka. Un ascoooooooo, un horror. Baje de ese inmundo baño con cara de desahuciado y con una vergüenza que no cabía en mi. Efectivamente, supongo, J. imagino que me había cagado la vida, hasta los ojos llorosos tenia (yo, no pensaras que él)
Pero diplomático como era, había pagado la cuenta y me dijo: - No quiero que esto termine aca, caminamos un poco por Corrientes?. Caminamos, caminamos y caminamos, hasta que me invito nuevamente a tomar algo. Sin darme opción pidió una botella de champagne. Menos mal que soy un alcohólico social -pensé después de la tercer copa-. Me reía de cualquier cosa y lo peor, él también.
- Vamos a casa a ver una peli? – me dice.
- Mira J.la verdad no da para tener sexo, nos estamos conociendo maravillosamente bien – le respondo creyendo ser una monjita de clausura.
- Te invito a ver una película, no a tener sexo. No me tengas miedo che!!
- No te tengo miedo a vos, me tengo miedo a mi- le respondí cagándome de risa bajo los efluvios del alcohol.
- Déjame llevarte a tu casa entonces- insistio (una vez)
- Ok, pero sexo nooooooooooooooooooooo .
- Dale borrachín
- me dijo mientras me tomaba del brazo y caminábamos hacia su auto.

Bueno el auto, que decirte, ni idea la marca, pero pensé que me subía a una maquina que transportaría en el tiempo. Lo asientos, de cuero, eran como butacas de avión, parecían camas de dos plazas, el tablero de madera de cerezo, los vidrios todos polarizados y ni me dí cuenta cuando lo encendió, mucho menos cuando comenzamos a andar. Me agarraba la mano mientras los cambios entraban automáticamente y el efecto del alcohol en ambos nos llevo a detenernos en un esquina a pegarnos la apretada del siglo, mientras sonaba una música en estereo que incentivaba cualquier sentido. Tan impresionante fue el movimiento de los dos que no sé que botón toque en el ajetreo y el techo de desplegó, los vidrios se abrieron y todo el auto comenzó a abrirse cual rosa en primavera. De golpe vi la estrellas, las luces de los semáforos y la cara desencajada de un viejo metido que miraba la escena.
Me dejo en la puerta de casa con un suave beso en mi labios. No baje del auto, levite hasta el departamento. Siglos sin conocer un tipo asi.
Me estaba por acostar y me llamo para decirme que le había encantado conocerme y que quería verme en la semana. Algunas palabras más, palabras menos y me acosté, seria otra noche de insomnio pensando en la posibilidad de estar con él.