lunes, 22 de junio de 2009

C.O.A

Estimado R antes R
en mi mente...

Hola, he estado un tanto ansioso de oír tu voz, deseo pronto hacerlo... Anoche volví a ir al Barquisimeto Top Festival, esta vez el concierto era "retro", llamado así por llevar a artistas de los 80, muy populares en Venezuela para esa década, la pase bien, aunque no sabía mucho de música, me gusto el ambiente, gente más madura y no estaba atestado de gente (¡se podía caminar!). ¿Qué música oyes? ¿qué te gusta cuando callas? ¿Qué te gusta cuando bailas? ¿qué te gustaría oír cuando nos veamos?, antes de irme al concierto, estaba en mi casa con mi familia, bebiendo un cabernet chileno, y oyendo unos boleros muy viajos cantados por Chavela Vargas... me gusta todo tipo de música, creo que la variante es el estado y el ambiente, pero en si la música per se, es buena...

Entre otras cosas he tratado de buscar el comercial de Chevrolet, pero necesito más detalles, cómo se llama el modelo del carro por ejemplo... me gusta leer tus poemas, me motivan ha escribir, veo que los míos son muy incipientes y he de mejorar mucho, pero me alegra leerte y tener un buen ejemplo de literatura.

Me despido, voy a acompañar a mis padres para una pequeña ciudad que queda a una hora y media (creo), se llama Acarigua y mi papá ahora está trabajando allá... te llevaré conmigo... extrañándote sin tenerte me despido. C.O.A

Nota: para ti:

Mi cabeza está en la ventana
La soledad invernal es mi única compañía
El cielo llora por mí
Y el frío me recuerda que no te tengo.
Los boleros son más suaves
Y mis labios más secos
Sé que no has estado
Sé que no estás
Más sé que te iras
Te iras sin estar conmigo
…¿lo harás?…
Cada vez que cierro los ojos
Estas ahí
Deseo abrirlos y poder verte
Déjame conocerte
Déjame estrellarme
Pero no me dejes sin ti


Estimado señor: la voz regresa una imagen y su imperfecta maraña incentiva mi imaginación; es allí donde comienzo a imaginarte: perfecto, humano, sensible, abocado a mí dialogo imaginario también. Todo esto me sabe a milagro de la inocencia, lo que precede a toda especulación precoz; el mirarte sin mirada, el abrazarte en un misterio casi onírico, desbaratando todo sentido. Quiero decirte cosas, pero este tiempo me resulta prohibitivo y ocurre algo que te deja en la sombra de mi mente y corazón: la palabra.
Muchas cosas descubro de vos en las palabras; primero la música de tu voz, ese sonido irrepetible, esa memoria de un cello sonando a lejanías. Es como una forma peculiar en medio del perpetuo sopor auditivo; tu voz que me sabe a calles y a noches, a soles y a aromas desconocidos. Tu voz aparece distinguida entre todos los ecos que yo conocía. Tu voz es música, una dulce melodía en este desconcertante dialogo de la vida.
Deseo pertenecer a lo que palabra aún no ha precedido o no muestra o no pronuncia: tu intimidad, tu ocultamiento. Allí aparecen descripciones que imagino, secretos que me confieso en soledad, ahí aparecen ternuras. Te conozco desde antes de tus rostros, desde lo que demuestra la luz en la confidencia de tus fotos, en la vergüenza de mis solitarias noches… te conozco desde tu lejanía.
Mi memoria, desde el primer contacto, me juega una mala pasada: comienza a destilar, nítida, tu figura emergiendo de mi mente, abrazando mi corazón, sembrándome una esperanza sin espera.
El tiempo y la distancia es, indudablemente, una coartada y hasta me atrevo un enemigo. Es en el tiempo y en la distancia donde este fantasma del no vernos comienza a embrutecerme con su lenta agonía. Me ha hecho olvidar de mi origen y delegue a mi imaginación los hechos del amor, las cosas que me están uniendo a vos, una frontera difícil de superar, pero no imposible, tu voz frente a la mia y tu rostro buscándome. Una búsqueda circular que hoy deviene en ansiedad y hasta en angustia.
Acá apareces nuevamente, por azar y me devolves, en la distancia, el beso que tiempo atrás perdí, y ese, tu beso, silencia mis gritos.
¿Qué es e tiempo más que la espera entre el deseo y su consumación?
¿Por qué este tiempo?, Merezco yo, extrañar una piel que no conozco? ¿Por qué no puedo dejar de pensarte?
Parece que todo burla a todo, hasta a la palabra con su misterio.
El amor es algo que se acerca, se aleja, se acerca y me retrae…
Y este sentimiento, que ya no es, para mi, una palabra; es política, es carne, es éxodo, y muerte y viceversa. Y este cuerpo mío que desfallece en la lejanía del tuyo, precipitándose hacia lo absurdo de la distancia, sólo pide que, ante una caída, tan sorda, tan desquiciada, lo acompañes.
Un beso. Rz

1 comentario:

Anónimo dijo...

aún quema...