jueves, 2 de julio de 2009

I HAVE FULLY COME OUT OF THE CLOSET – Cap 31 – La lista de R. -


Entre mi primer separación (ya conté, ya conté, 5 años y medio en pareja, si!) y mi segunda futura separación, pasaron casi dos años y sólo se trataba de recuperar el tiempo perdid (Proust muerto).
Yo era una especie de chocolate; dulce, suave, de apariencia inofensivo e iba directamente a las caderas de todos. A experimentar entonces – me dije- y apareció M. una noche de invierno en Bunker, me miro, lo mire, me miro, lo mire, me sonrío, le sonreí, me miro, me harto, puta que lo parió, histérico de mierda, parecía una tormenta de nieve; no podía darme cuenta cuando iba a venir, cuantos centímetros tenia y cuanto duraría!!!. Ahí fui: - Hola ¿cómo estas? – lo mínimo que pude decirle a M (ex modelo Dufour) para entrar en dialogo.
- Bien, jujujuuju. - un boludo pense- Estoy con mis amigos, jujuuj.
Y que carajo me importan tus amigos? Eh? - volví a pensar- .
Las seis de la mañana me encontró dado vuelta de vodka con menta amurado en un sillón mugroso y me dijo:
-Te sentís mal? (no, no, si yo estaba bárbaro) mis amigos se fueron todos con otros chicos juujuju vamos?
- M, - le dije -(sonriendo por supuesto y conteniendo el vomito) anda a la puta madre que te pario!.
J. era distinto, verdulero, imagínate, gauchito como todos los verduleros de barrio, bisnieto, nieto e hijo de… verduleros; había nacido con la banana encendida. Día por medio yo iba a su negocio (fuera de cualquier preconceptos siempre lo había mirado con cariño a J, imagínate que las locas jamás dirían -Salí con un verdulero-, (mínimo un profesional).
A mi las profesiones me importaron siempre un carajo. Si lo mirabas bien a J. te dabas cuenta que tenia una pinta de macho increíble, una mujer seguramente lo compararía con una fotocopiadora; sólo lo verían como una maquina para reproducir. J. era mi verdulero favorito. Todo iba políticamente correcto hasta que un día se atrevió a preguntarme, luego de que le pidiese un kilo de bananas:

- R, ¿ te gustan grandes o medianas las bananas? -inmediatamente me invadió un infierno interior y le respondí:
- Según el uso que le de… estas las quiero para licuar, ¿vos que me aconsejas? - mientras una baba me caía directamente a la punta de la zapatilla.
- Entonces cualquier tamaño esta bien, me gusta el licuado, ¿me traes cuando lo hagas?.

Yo ya era un manantial de babas, la verdulería inundada y él con ese uniforme horriblemente bordo sonriéndome y diciendo:

- Estas bananas van gratis – mientras me daba la bolsita.
-¿Por qué no pasas por casa cuando cerras y probas el licuado?- queda claro que yo era una gacela alzada ¿no?

En fin, 8 meses comiendo bananas gratis, que era la excusa de J. para ir a casa. Un día casi reviento indigestado y con eso vino la despedida. En realidad me mude y nunca más supe nada de él. J. para mi era como un café; estaba siempre caliente y me mantenía despierto toda la noche.
En cambio P. fue un idiota, desde el vamos me quiso organizar la vida, era algo así como mi horóscopo; me decía que hacer y siempre… se equivocaba (desde entonces detesto a todos los astrólogos, videntes, etc). Desde el principio se hizo el gatito enamorado, meloso como pocos y celoso como ninguno, nunca entendió que sólo lo quería para amante (y eso que hablo y aclaro de antemano). Lloraba como loco cada vez que le decía que no podía verlo y como la situación me supero y gracias a la finalización de mi contrato de alquiler, le dije que me iba a vivir a Biafra por una misión humanitaria (nunca me creyó). Tampoco me acompaño la suerte: a los dos meses de dejarlo, me lo encontré, mientras yo estaba sentado placidamente en un bar leyendo BUSCO AL HOMBRE DE MI VIDA MARIDO YA TUVE (una pedorrada)
– Vos no estabas fuera del país? –me dijo clavándome esos ojos injustos, y yo con cara de angustia insobornable, sólo atine a decirle:
- Si pero tengo Ébola son mis últimos días sobre la tierra.
En fin pasa en la vida, pasa en los días… pasa en TNT.

Una noche de locura conocí a C., en el boliche de la cada vez más vulgar y ga-ga Moria Casan, hablamos, apretamos, lengüetazo va, mano viene…vamos a casa? (y si, todo es un gran experimento en nuestras vidas) Media hora después estaba con el culo aplastado en un micro de larga distancia con destino a Rosario (ahí conocí Rosario).
Pase un fin de semana esplendido, vestido con la ropa de C., comiendo con los padres de C. (locos de remates los dos, cuando con C. llegamos a su casa el les dijo: - Hola padres como estan? , el es R. lo conocí anoche en Buenos Aires), a mi no me entraba más asombro y me fui a dormir con… C. ante la mirada bien dispuesta de sus padres. Tres meses de romance fogoso y como C. estaba mas loco que yo (y esto era como mucho) decidimos de común acuerdo tomar carreteras diferentes (y si, después conocí Uruguay, Brasil y varias provincias argentinas, bajo la misma metodología). De C.?, ni la más puta idea, todavía no existía Internet.
Otra noche, en otro inmundo sucucho, estábamos festejando un cumple y me convidan una bebida que ni recuerdo (en el cumple había viejos conocidos y malos por conocer). También estaba un gran amigo mío: Claudio. En un momento uno de los presente me da un beso y me dice proba esto, metiéndome una pastillita en mi boca. Minutos después, a las 15 personas que estaban allí, en esa rueda festejando el cumpleaños, las empecé a ver como monstruos; horribles criaturas escapadas de películas de ciencia a ficción, todos Aliens.
El lugar giraba y se desdibujaba. Por momentos sentía estar en la cima de un acantilado donde un mar tempuestuoso me invitaba a arrojarme. No sé cuanto tiempo pase así viendo como esos alienígenas querían tocarme. Lo que siguió fue mi despertar en un cuarto desconocido. Cuando abrí los ojos mi cuerpo de multiplicaba ciento de veces en los espejos que cubrían todas las paredes de esa habitación (solo tenia puesta mi ropa interior). Volví a tirarme soibre esa enorme cama y pensé en todas las cosas que me debían haber hecho (no me dolia el cuerpo pero mi agotamiento era increíble y lógicamente me habian drogado). En el estado catatónico que me encontraba siento venir hacia mi una sombra y una voz masculina que me dice: - Estas despierto?, ¿te sentís mejor? (yo solo pensaba en que había seguramente había sido violado por 18 orangutanes de la CGT, 35 sadomasoquistas y por toda la comitiva presidencial del presidente de Ruanda (fantasioso yo?) .
- Si, donde estoy?, se me parte la cabeza… quien sos vos?... que me hicieron?
- Vos quédate tranquilo que no te paso nada, yo soy J.I. un amigo de Claudio, estaba en el cumpleaños con vos y te empezaste a sentir mal, se ve que te dieron alguna “pastillita” que te pego mal… Pero tranqui no te paso nada. En el boliche te agarre y te traje a casa, te desvestí y te acosté…
- de verdad decime, no te conozco… como se que sos AMIGO DE CLAUDIO…(FUERON MIS ULTIMAS PALABRAS antes de dormirme nuevamente).
Desperté horas mas tarde con el aroma a tostadas y café con leche, el cuerpo de J.I. sentado a los pies de la cama y esa sonrisa inolvidable dibujada en su boca. Desde ese momento lo ame. El Síntoma de Estocolmo se instalaba en mi, pues por momentos me sentía secuestrado pero perdidamente enamorado. Por supuesto no lo conocía como amigo de Claudio, J.I. era efectivamente su amigo, pero en España y durante 6 meses pensé que sería el gran amor de mi vida. Pero como, generalmente, todo lo bello tiende a desaparecer y ser un artilugio de la memoria J.I volvió a la puta y recontraconchuda madre patria. Cual mariquita idiota termine deshidratado de llorar en Ezeiza (detesto las despedidas), viendo como esa hipnótica sonrisa de perdía en los laberinto de la nada. Ves las drogas no sirven para nada!!!!!!! Aguante la aspirina!!!!!!
¿Si tuve más amantes? Pero Mamá Cora… QUE DUDA CABEEEEEEEEEEEE! Pero se lo cuento otro día.

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