jueves, 28 de enero de 2010

Procedimientos básicos para la investigación

Es recomendable trazar una apreciación global de la situación, una especie de diagnostico conceptual que surge de la observación directa, de la propia experiencia, de la concepción que el agente cultural tenga del objeto de estudio. Se deberán destacar aquí los aspectos mas visibles de la situación, realidad imperante, características generales, demanda tangible, problemas y necesidades mas destacados, infraestructura disponible, tendencias, recursos posibles, etc.
A través de la documentación podremos obtener información que nos proporcionara tendencias históricas, características permanentes, resultados de experiencias anteriores o demandas existentes.
Se deberá cuidar muy especialmente la fidelidad, seriedad y calidad de las fuentes documentales.
Instrumentos eficaces pueden ser TV por cable (programas específicos), diarios, periódicos, revistas, boletines institucionales, estadísticas sobre tendencias poblacionales, soportes informativos, publicaciones históricas (proporcionan basamentos poblacionales, costumbres, tradiciones, etc.), estudios existentes, etc.
Toda fuente de información debe ser sometida a crítica externa e interna. Mediante la crítica externa determinaremos el origen de la fuente, la autoría, la época, si la fuente es de primera mano o es reproducción, etc. Mediante la crítica interna analizaremos cada una de las partes del documento para determinar lo que puede ser aceptado como verdadero y valedero para nuestros intereses y para determinar hasta donde la información coincide con los hechos reales allí registrados.
Las encuestas, por ejemplo, se justifican cuando las preguntas son simples, directas y aseguran información veraz. Caso contrario resultan mas eficaces las entrevistas personales. La habilidad del entrevistador le permitirá interpretar con mayor exactitud las respuestas, podrá reformular preguntas, creara un clima de espontaneidad y de comunicación que haga que el entrevistado responda con honestidad y amplitud. Además, la capacidad de observación del entrevistador le permitirá captar los mensajes del entorno en el que se desenvuelva el encuentro.
También se utilizan las denominadas observaciones directas. Estas consisten en la observación de las reacciones de la gente frente a un determinado asunto, sin efectuar preguntas.
Por ejemplo: cuales son los espectáculos más concurridos o cuales obras atraen más la atención en un museo o cual es la reacción de los espectadores luego de un espectáculo, etc. Se obtiene un resultado positivo porque se observa lo que la gente hace y no lo que dice que hace. Obtenida esta información puede ser necesario pasar a la entrevista o a la encuesta para establecer por que la gente hace lo que hace.
Los informantes específicos son otros elementos importantes; son aquellas personas cuyos conocimientos de la realidad les permite aportar datos muy valederos. Pueden ser líderes de grupos, estudiosos, personas de gran experiencia, profesionales, docentes, dirigentes de instituciones, historiadores, ancianos de la comunidad como cualquier otra persona cuya actividad y conocimientos sean de utilidad. Esta categoría de informantes requieren, fundamentalmente, la honestidad que los haga imparciales a intereses sectoriales.
También se debe generar una predisposición por los llamados talleres. Estos consisten en reunir a los habitantes del sector donde necesitamos realizar el estudio, aplicando técnicas de dinámica de grupo, a efectos de que sea la propia gente del lugar la que muestre su realidad, manifieste sus problemas, demandas e inquietudes, haciendo sus propias propuestas.
Existen numerosas técnicas de trabajo, juegos introductorios y ejercicios destinados a liberar los mecanismos de la comunicación y la creatividad, para que la gente se exprese con espontaneidad y vierta la mayor cantidad de ideas posibles.
A partir de una consigna cada grupos vuelca sus ideas (ya sean referidas a la situación, problemas y necesidades, como así también a la propuesta de solución) en grandes hojas o una pizarra. Todas las ideas deben ser aceptadas, en principio.

Podrán discutirse y considerarse las propuestas durante algunos minutos, efectuar aclaraciones, precisiones, etc.
Posteriormente se seleccionaran las ideas que el grupo considere mas destacadas y se les otorgara un orden de importancia.
Este sistema otorga intervención al poblador desde el origen mismo de los problemas, asegurando la autogestión y la participación activa en su solución. A su vez, el contenido de la acción, por consecuencia, será solidario con la realidad.
Estas técnicas son aplicables cuando se trata de problemas generales de una población, colonia, barrio, sector o institución. Cuando la investigación verse sobre asuntos mas específicos, el trabajo se realizara a través de reuniones y no será necesario aplicar mayores técnicas de motivación.
A su vez, tanto los talleres como las reuniones, no solo nos servirán a los efectos de una investigación diagnostica, sino también en la elaboración de los proyectos y su ejecución, control y evaluación, ya que otorga plena participación a todos los sectores.
Mas allá de los procedimientos que se utilicen, lo esencial es actuar de manera totalmente abierta, dando plena y real participación a la gente, desatando mecanismos creativos y poniendo en marcha procesos evolutivos, consensuales y compartidos, tendientes a considerar el desarrollo cultural. Esto garantizara la fecundidad de la acción y su permanencia.
Otra herramienta sumamente útil la constituyen los estudios comparados. Es importante aprovechar investigaciones efectuadas anteriormente, ya sea en el área de cultura como en cualquier otro campo. Estudios sobre educación, salud, deportes, urbanismo, etc., nos pueden otorgar importante información para nuestros intereses.
No solo nos facilitaran datos específicos, sino que nos aportaran referencias sobre la evolución de procesos anteriores, desde su origen a su culminación; es decir que nos ayudaran en el pronóstico. También puede ahorrarnos tareas de investigación; con solo reelaborar y actualizar las ya realizadas ahorraremos tiempo, esfuerzos y recursos. Pero aquí no basta con tomar los estudios ya existentes, a modo de instrumento documental solamente, sino de realizar un verdadero estudio comparado para determinar las coincidencias y diferencias con nuestro trabajo y establecer comparativamente las condiciones en que nuestra tarea se da con relación a los estudios ya existentes.

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