lunes, 18 de enero de 2010

de C a mi - de mí a C.


Estimado Sureño R.
en mi mente...
Hola, he estado un tanto ansioso de oir tu voz, deseo pronto hacerlo... Anoche volví a ir al Barquisimeto Top Festival, esta vez el concierto era "retro", llamado así por llevar a artistas de los 80, muy populares en Venezuela para esa década, la pase bien, aunque no sabía mucho de música, me
gusto el ambiente, gente más madura y no estaba atestado de gente (¡se podía caminar!). ¿Qué música oyes? ¿qué te gusta cuando callas? ¿qué te gusta cuando bailas? ¿qué te gustaría oir cuando nos veamos?, antes de irme al concierto, estaba en mi casa con mi familia, bebiendo un cabernet chileno, y oyendo unos boleros muy viajos cantados por Chavela Vargas... me gusta todo tipo de música, creo que la variante es el estado y el ambiente, pero en sila música per se, es buena... Entre otras cosas he tratado de buscar el comercial de Chevrolet, pero necesito más detalles, cómo se llama el modelo del carro por ejemplo... me gusta leer tus poemas, me motivan ha escribir, veo que los míos son muy incipientes y he de mejorar mucho, pero me alegra leerte y tener un buen ejemplo de literatura. Me despido, voy a acompañar a mis padres para una pequeña ciudad que queda a una hora y media (creo), se llama Acarigua y mi papá ahora está trabajando allá... te llevaré conmigo... extrañandote sin tenerte me despido.
C.


Estimado señor: la voz regresa una imagen y su imperfecta maraña incentiva mi imaginación; es allí donde comienzo a imaginarte: perfecto, humano, sensible, abocado a mí dialogo imaginario también. Todo esto me sabe a milagro de la inocencia, lo que precede a toda especulación precoz; el mirarte sin mirada, el abrazarte en un misterio casi onírico desbaratando todo sentido, y quiero decirte cosas, pero esto tiempo me resulta prohibitivo y ocurre algo que te deja en la sombra de mi mente y corazón: la palabra.
Muchas cosas descubro de vos en las palabras; primero la música de tu voz, ese sonido irrepetible, esa memoria de un cello sonando a lejanías. Es como una forma peculiar en medio del perpetuo sopor auditivo; tu voz que me sabe a calles y a noches, a soles y a aromas desconocidos. Tu voz aparece distinguida entre todos los ecos que yo conocía.
Tu voz es música, una dulce melodía en este desconcertante dialogo de la vida.
Deseo pertenecer a lo que palabra aún no ha precedido o no muestra o no pronuncia: tu intimidad, tu ocultamiento. Allí aparecen descripciones que imagino, secretos que me confieso en soledad, ahí aparecen ternuras. Te conozco desde antes de tu rostros, desde lo que demuestra la luz en la confidencia de tus fotos, en la vergüenza de mis solitarias noches… te conozco desde tu lejanía. Soy tu cautivo y me desconoces. Mi memoria, desde el primer contacto, me juega una mala pasada: comienza a destilar, nítida, tu figura emergiendo de mi mente, abrazando mi corazón, sembrándome una esperanza sin espera. El tiempo y la distancia es, indudablemente, una coartada y hasta me atrevo un enemigo. Es en el tiempo y en la distancia donde este fantasma del no vernos comienza a embrutecerme con su lenta agonía. Me ha hecho olvidar de mi origen y delegue a mi imaginación los hechos del amor, las cosas que me están uniendo a vos, una frontera difícil de superar, pero no imposible, tu voz frente a la mia y tu rostro buscándome. Una búsqueda circular que hoy deviene en ansiedad y hasta en angustia.
Acá apareces nuevamente, por azar, y me devolves, en la distancia el beso que tiempo atrás perdí, y ese, tu beso, silencia mis gritos.
¿Qué es e tiempo mas que la espera entre el deseo y su consumación? ¿Por qué este tiempo?, Merezco yo, extrañar tu piel que no conozco? ¿por qué no puedo dejar de pensarte? Parece que todo burla a todo, hasta a la palabra con su misterio.
El amor es algo que se acerca, se aleja, se acerca y me retrae una y otra vez a un desconocido que hace sangrar mis nervios, pero que lo hace acercarse cada vez más.
Y este amor, que ya no es, para mi, una palabra; es política, es carne, es éxodo, y muerte y viceversa. Y este cuerpo mío que desfallece en la lejanía del tuyo, precipitándose hacia lo absurdo de la distancia, sólo pide que, ante una caída, tan sorda, tan desquiciada, lo acompañes.
Un beso
Tuyo.
R.


Barquisimeto, inicio de la tarde (con calor)...


Hola... En noches como esta tomo tiempo para leer tus antiguas palabras aunque la nostalgia me invada... Te pido las leas y me digas en donde quedaron??? Se que aún vives, sigo tu blog con la esperanza que un día dediques unos minutos para mí. En el 2008 te entregue mi todo en el verbo,en el 2009 nuestro tiempo fue intermitente y escaso, sólo dios sabe que nos depara el 2010 yo sólo confieso que albergo aún la ilusión... Espero tu sinceridad....
Abrazos desde lejos pero más cerca que nunca.

A tu espera, C.

1 comentario:

Camilo E. Ortiz dijo...

Hola R, soy yo C, tendrás que aprobar este comentario, pero más allá de esa aprobación, me basta con una pequeña respuesta a mi correo... estoy vivo, aún te pienso, ya no lo hago con locura, en eso has sido astuto para derrumbar las alturas de nuestro "que sé yo".. pero a pesar de eso, sigo intentado... me mudé de ciudad, ahora vivo en Caracas, me va muy bien, y me gustaría oir tu voz... te espero. no llegues tarde.