sábado, 23 de enero de 2010

III


La voz: un instante en el viento;
en sus ráfagas, dura nada.
Nada dura como el viento
en un instante de voz.
Es una carencia del sentido
o la razón que, por ser, nos carece.
Las voces instigan y provocan
inducen el momento de escuchar,
escuchar el ejercicio de la voz.
Que digo: dura nada
y es un instante en el viento.

La voz en mi voz y el eco en las voces (una quietud soberana en la multiplicidad). Una voz de la nada viene, la busco en el viento que se disuelve en aire. Como un ser, me llama para ser: Ser celeste, espíritu borroso, nuevo principio.
Nos llama la voz a ser otros, otros yo multiplicados por voces que nos llaman a ser existencia.

de mi libro: ESCOLIOS GEOGRAFICOS

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