viernes, 8 de enero de 2010

La conducta creativa

Desde los comienzo de la vida humana hasta nuestro días la historia ha sido una sucesión de guerras, de luchas por el poder, de pujas por supremacías, de dominio y sumisión.
En su vida cotidiana el hombre común es un ente contradictorio que oscila entre la construcción y la destrucción, entre el amor y la agresión. El hombre lleva sobre si la contradicción.
Largos siglos de historia han otorgado al hombre el dominio de las ciencias y de las artes, alcanzando niveles altísimos de conocimiento, creatividad y resolución. Sin embargo no le han servido para dominar su espacio interior, no le han servido para ser mas feliz ni para vivir en armonía con sus semejantes, porque no ha cultivado el sentimiento para el bien. Una civilización cuyo principal objetivo no sea el amor como suprema idea de bien y camino hacia la perfección, corre el riesgo de autodestruirse.
“Así somos, con grandezas y miserias, con excelencias y deficiencias, con virtudes y vicios, con luces y sombras...
... la sociedad, en efecto, es un proceso constructivo del que nos percatamos por las relaciones interhumanas de cooperación que favorecen al grupo y a sus componentes. Pero la convivencia es, al propio tiempo, un proceso destructivo de continuo por las múltiples relaciones de oposición, de lucha, de antagonismo, que dañan lo mismo al grupo que a sus integrantes.
La sociología general hace mención a la existencia de dos grandes corrientes, una con el signo positivo de la integración y la otra con el signo negativo de la desintegración” (Isaac Guzmán Valdivia)


Dentro de la organización también están presentes estas dos corrientes contradictorias. Debemos ser concientes de esta realidad y como tal tratar de establecer mecanismos tendientes a facilitar el desarrollo de conductas creativas. En contraposición a la natural inclinación destructiva del hombre mediocre.

Graficaremos un problema y su correspondiente meta o solución.


PROBLEMA
(situación de partida)


META
(situación de llegada)


Generalmente la conducta habitual en un grupo tiende a las actitudes agresivas, desenfocadas y desordenadas que nos conducen irremediablemente a:

Magnificar el problema
Resistencia del propio grupo
Alejamiento de la meta


El hombre se autodestruye por su propio egoísmo, por su incapacidad para generar conductas constructivas; esta es la principal causa del fracaso de las gestiones culturales: el factor humano.
Muy distinto resulta cuando se ponen en marcha mecanismos constructivos emanados de conductas creativas. Cuando los miembros de un equipo enfocan los problemas ordenada y armónicamente. El resultado será muy distinto.

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