domingo, 3 de enero de 2010

XV


de mi libro ETOS




La palabra: un seductor misterio

en la variada rareza de mi vida.



Puedo ver la luna prolongando su sentido,

escuchar el canto de las Ninfas,

amantes de los bosques

que aumentan la fluidez de lo que siento.

Hay otros. Siempre.



Que nadie agote este instante;

hechizo de los astros

donde el verbo procrea,

el idioma desvanece certezas

y el lenguaje perpetua intenciones



Sitio virgen;

un estado salvaje,

este, de ver el cielo y creer salvarme

o pintar una rosa en el aire de julio

regalándome su aroma.



Siempre hay otros.



Que nadie mutile este momento

con un torpe repertorio de vacíos.

Estoy naciendo en estas letras,

dejen que ocurra el milagro,

el seductor misterio

de ser

yo.

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